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26 de julio de 2017

Carta de Sotomayor

Rafael Sotomayor
Carta de don Rafael Sotomayor a don Antonio Varas

Antofagasta, Julio 30 de 1879.

Señor don Antonio Varas:
Estimado amigo: La captura del Rímac por la Escuadra peruana, confirmada anoche por datos comunicados desde Mejillones, ha causado aquí una verdadera indignación contra la Dirección de nuestra Escuadra desde el principio de la campaña.

El Cochrane, que debió proteger el 17 al Itata en su llegada a este puerto, y llega el 19 con la noticia de haber correteado inútilmente a la Pilcomayo, comunica después a Santa María sus temores de que Tocopilla haya sido bombardeado después de su partida, porque supo allí que el jefe de las fuerzas tenía orden de hacer fuego sobre los botes peruanos si iban a destruir las lanchas. El bombardeo, según él, importaba nada menos que la pérdida de la fuerza de guarnición por falta de agua y aun de carbón.

Se encarga a Simpson que a la mayor brevedad vaya a Tocopilla, deje allí carbón, si no hay, para que puedan condensar agua y se regrese inmediatamente para proteger a los trasportes Rimac y Paquete del Maule. Se ocupa el Cochrane con una calma desesperante en tomar carbón los días 19 y 20 y sale para Tocopilla a las 12 de la noche. Debió llegar a Tocopilla a las 2 de la tarde del 21, pero parece que llegó allí a la noche por haber estado Simpson a bordo del vapor de la carrera que cruzó en el camino, y con el trasporte Itata que regresaba con Lynch e Isidoro Errázuriz de Iquique. Se esperaba que el 22 a la madrugada pudiese estar el Cochrane listo para desempeñar la comisión de proteger a los trasportes. Se espera en vano hasta las 9 de la mañana, y por fin se hace salir por Santa María al Itata en busca del Cochrane, con orden para este de seguir al Sur sin perder tiempo. A las 11 se divisó en el horizonte a ambos buques y quedamos tranquilos , no obstante tener ya noticias de la presencia del Huáscar y Unión en Caldera, Carrizal yУ Huasco. Sabíamos que los trasportes debían hacer su viaje más adentro. Pero momentos antes habían llegado partes de Caldera avisando los puntos en que los buques enemigos iban tocando.

Se creyó útil hacer llegar a Simpson estos avisos y se envió una lanchita a vapor a dar alcance al Cochrane.

Una hora después se recibió parte de G. Matta, avisando que los trasportes habían regresado a Valparaíso. Este dato se refería a otros trasportes, pero aquí se creyó que se refería al Rimac y al Paquete de Maule, únicos de cuya salida se tenía conocimiento. Libres por este error de todo temor, se pensó sólo en perseguir al Huáscar, y para esto se hizo salir al Lamar con el nuevo parte recibido para que Simpson pensara sólo en atacar al Huáscar.

Lynch aceptó o convino con Simpson en que el Itata se anticiparía llevando de noche todas sus luces prendidas para llamar sobre sí alal Huáscar Huáscar y a la Unión, pero el Cochrane andaba muy poco y después hubo que remolcar lo para que llegase a Caldera. Parece que el carbón con que creía contar en sus carboneras era cisco, y ni el Comandante 1.°, ni el 2.º, ni los ingenieros habían tenido cuidado de hacer provisión de buen carbón y arrojar el inútil.

Lynch supo antes de llegar a Caldera, por dos buques alemanes abordados por los peruanos, que éstos volvían o regresaban al Norte; propuso a Simpson perseguirlos, pero no se le hizo caso. Agrega Lynch que Simpson continúa con su antigua costumbre de beber y que en Caldera sus oficiales no lo hicieron mejor que su Comandante.

Mientras tanto, los buques peruanos hacían el mismo camino que el Rímac, éste algo más afuera. En la mañana del 23 unos y otros se han cruzado, los primeros tomando altura y el Rimac en demanda del puerto, confiado quizás en la protección del Cochrane. El apresamiento ha debido acontecer en esos momentos.

A las 2 1/2 de la tarde se avistó al Paquete de Maule que hizo su viaje cerca de la costa y que ha salvado por su menor andar. Si se anticipa algunas horas, habría caído también en poder del enemigo. ¿Qué hace la Escuadra en tales circunstancias? Desmoralizada, viendo torpedos imaginarios y desplegando el antiguo y arraigado furor de los bombardeos. El Cochrane pasó aquí la noche del 19 y no se creyó seguro en su ancladero y se hizo a la mar por temor de que el Huáscar lo tome de noche como tomó al Matias Cousiño en Iquique, y esto por instrucciones de Williams. ¿Cree Ud. que la Escuadra ha hecho reconocimiento de los puertos y caletas en que puedan operarse desembarcos por el Ejército?

No ha hecho aún nada por el Ejército, se parece para nuestra Escuadra a un Ejército del Japón. No hay duda, se han sacrificado todas las ventajas y la superioridad de nuestras fuerzas marítimas a la petulan.

te vanidad y aun a la duplicidad de Williams. Es tal la mala situación creada por la inercia o mala fortuna de la Escuadra, que el trasporte del Ejército inspira recelos de un ataque del Huáscar, y de una floja defensa, en un lance de esta clase, de los blindados y la posible pérdida de buques y tropa. El mal es evidente, el remedio es difícil, pero es preciso buscarlo. El Comandante Latorre ha demostrado inteligencia, serenidad y aun fortuna, ¿por qué no podría mandar bien uno de los blindados? Y Thompson es valiente, conocido por tal, si bien pueden faltarle algunas otras condiciones, podría mandar el otro у hacerlo renunciar a la empresa acordada con Williams de hacer el negocio de presas a que quiere también consagrarse Condell en el Loa.

El Amazonas hace falta como buque ligero para hacer reconocimientos, saber el lugar en que se encuentran los buques enemigos y cruzar la costa de Arica a Antofagasta. El Ejército lo necesita también como trasporte. La persecución de trasportes como ramo de negocio nos, va a tomar a los mejores oficiales y a desmoralizar quizás a la fuerza principal. Antes de tomar alguna resolución sobre Simpson es preciso investigar bien su conducta en su viaje al Sur y así se hará luego que llegue.

Respecto del Ejército, le diré que su organización como cuerpo de operaciones en territorio enemigo deja mucho que desear. He estado aconsejando desde el principio la división del trabajo según los ramos de su servicio. Yo he tomado lo relativo a víveres, agua, forraje y su transporte terrestre en la campaña. He podido instruirme que se había hecho en esto muy poco . Don Máximo Lira ha arreglado ya sus almacenes y no habrá pérdida de víveres como antes; habrá más orden y mejor servicio. La provisión de la comida por contrata ha sido materia de muchas expeculaciones y se hará desde nuestra salida directamente por el Estado. Tenemos construído y están en construcción 11 toneles de fierro con su tapa con llave, montados sobre buenas ruedas para conducir agua para dos dias para diez mil hombres y dos mil animales, los primeros a ración de uno y medio litro por día y cada animal con doce y medio. Contamos con carretones del Estado y de particulares, 142 que creo necesario para conducir 200 tiros de fusil por hombre, víveres para tres días a ración de un kilógramo por individuo diario, entre charqui, galletas y harina tostada; forraje para cuatro días a seis kilos por animal. No se llevarán equipajes, los que quedarán en los trasportes con las provisiones, agua y municiones de reserva. Se llevarán también herramientas en gran número y sacos para preparar en algunas horas fortificaciones ligeras. Si ocupamos líneas de ferrocarriles las utilizaremos, reparándolas con cien hombres de un pequeño Cuerpo de Ingenieros que se llaman pontoneros.

El soldado debe cargar consigo agua para un día, viveres para dos y cien tiros de rifle. La caballería llevará también forraje para uno o dos días, empleando de preferencia la cebada triturada. Propuse a Santa María comisionase a una persona para hacer el estudio prolijo de los trasportes marítimos y de los elementos de desembarco que son esenciales. Al frente del enemigo es preciso desembarcar a la vez unos dos mil hombres. Se encargaron de este ramo Lynch e Isidoro Errázuriz. Este último ha tomado con empeño su tarea y se ha persuadido que hay deficiencia en los trasportes para animales. Aquí hay impacientes que quisieran emprender la marcha mañana, sin pensar que es preciso pelear y vivir. Entre los impacientes estamos todos, pero a medida que cada uno se encarga de un ramo del servicio del Ejército se persuade que falta algo esencial.

Es probable que tengamos que resignarnos a dejar animales para trasportarlos en un segundo viaje. Se haría un campamento en el puerto de desembarco y se esperaría allí lo necesario. Yo tengo seguridad de contar con las mulas precisas y aun pueden sobrarnos, si utilizamos ferrocarriles. Para este ramo muy difícil he encontrado en el servicio del Ejército un señor Bascuñán, muy competente y especial. Es Comandante cívico que ha estado en servicio desde la ocupación de este departamento. Es posible encontrar así para muchas otras cosas, buenos servidores.

Luego que llegue a ésta el Cochrane veremos que se resuelve, si enviarlo en busca del enemigo o emplearlo en un prolijo reconocimiento de la costa hasta el Norte de Arica. En esta Comisión iremos con algunos jefes del Ejército, y se hará mientras se preparan los elementos que faltan. Después se resolverá el puerto de desembarco que debamos preferir.

No escribo al Presidente porque Ud. puede comunicarle los datos que esta carta contiene, y porque Santa María escribe con detalles todo lo que ha acontecido.

El General Escala sigue muy bien animado y aunque carezca de muchas dotes, tiene la voluntad decidida de marchar donde el Gobierno determine. Entre este General y Baquedano hay mucha cordialidad. Los Cuerpos de Ejército no pierden tiempo y la instrucción aumenta. En estos últimos días he visto que se ocupan en tirar al blanco.

Voy a organizar con la aprobación de Escala y Santa María, una Compañía de hombres fuertes, que se llamará de exploradores, que sirva al Ejército y siga al Ejército, у sirva en las comunicaciones difíciles de reconocimiento y de prácticos. Había pensado en hacerlos montoneros; pero se ha preferido utilizarlos en servicio más regular. Hay gente a propósito.

Sé que Palma Rivera, Lira Máximo, Errázuriz y algunos otros escriben a sus amigos diputados diciéndoles que esperen sin impacientarse y sin ocurrir a medios extremos en la Cámara. Yo no quise firmar, porque les dije que no estaba dispuesto a mezclarme en algo que pareciera política interior durante la guerra, cualquiera que sean las personas que formen el Gobierno.

Disponga Ud. de su amigo. 
-R. Sotomayor.


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"Correspondencia de don Antonio Varas sobre la Guerra del Pacífico", Santiago de Chile, 1918.

Saludos
Jonatan Saona

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