Páginas

7 de junio de 2017

Juan C. de Mora

Juan C. de Mora
Páginas olvidadas de la Historia
El último cartucho en la batalla de Arica

(Párrafos de un articulo de Carlos Barandiarán, sobre la destrucción de la lancha torpedera Alianza)

Como una verdadera curiosidad histórica y cumpliendo nobles deberes cívicos de contribuir al ensanchamiento y elevación del espíritu nacional, evocando las horas trágicas y gloriosas de nuestra historia republicana, recogeremos en esta sección todos aquellos episodios brillantes de nuestra vida, que son pocos los que recuerdan, haciéndolos vivir una nueva y más extensa vida al esparcirse entre nuestros lectores.

Comenzamos hoy con los interesantes fragmentos de un patriótico artículo del escritor Carlos Barandiarán, fallecido hace algunos años, en el que relata cómo se cumplió la heroica promesa de Bolognesi y á quiénes tocó cumplir la gloriosa definitiva orden.
He aquí los fragmentos:

El deber era su conciencia. La Patria su fe — creía en el Perú y esperaba siempre días más felices —amigo abnegado, oficial de acero: la disciplina era su voluntad, cumplir su obligación, su deseo más ardiente.

25 DE MAYO
Era la mañana del 25 de Mayo de 1880. Arica empezaba a recibir los destellos del día. Los buques bloqueadores emergían del horizonte y venían a ocupar sus puestos de observación.

En Arica estábamos todos inquietos: la lancha "Alianza" había salido en la noche a hacer un reconocimiento hasta Sama y aún no regresaba al puerto: ya estaban allí los buques, y la lancha no podría romper la línea.

Pasan algunos instantes, vemos una masa de humo brotar instantánea del costado de la "Magallanes", después la detonación de un cañonazo. y después otro, y otros... Debe ser la "Alianza" nos dijimos. En efecto: un punto sobre el océano unido al espacio por una débil faja de humo vimos que avanzaba sobre la línea bloqueadora, y no detenía su marcha, y bogaba impertérrita hacia el puerto. Traía a su popa el pabellón de nuestra patria que ondulaba gallardamente sobre el cielo gris y desgarraba las sábanas de humo que los cañones enemigos esparcían en el espacio. Aumentan los disparos: también el "Huáscar” hace blanco de nuestro pabellón, se acercan más a la "Alianza”, las tripulaciones hacen uso de las armas menores, y rifles y ametralladoras arrojan sobre la lancha una verdadera lluvia de proyectiles. —Están más cerca los combatientes: los larga-vistas pasan de una mano a otra, nos arrebatamos todos la visión, y todos exclamamos a cada instante: "Ya está más cerca". —“la Magallanes" va a tomarla"—"¡también hace fuego la lancha!"—"Sí: sí, también dispara!”—"Bravo!"
Después: "¿qué pasa?"—"¿qué van a hacer?“ — “ah!"—"han calado el torpedo"—“ponen la proa a la "Magallanes”—"¡vuelve la proa!”— "¡se vá!"—"¡Bravo!". . . '¡Viva la "Alianza"!!...

La lancha "Alianza” rompió la Iínea, hizo desalojar a la “Magallanes" y entró al puerto donde todos con entusiasmo loco la esperábamos con nuestra patriótica admiración.

Pasó la lancha por la popa del monitor “Manco Cápac”. Llevaba una mano asido al timón, echado atrás el cuerpo, la mirada brillante, se quitó la gorra y nos dió las gracias a todos. Después pude abrazarle con toda mi alma: jamás había sentido satisfacción más grande, jamás había sentido latir un corazón más abnegado y patriota….

7 DE JUNIO
Llegó el 7 de Junio. el día del sacrificio, el día en que Arica se levantó ante el Perú como el resumen del heroísmo de sus hijos.

Y se quemó el "último cartucho”. La sangre de nuestros héroes fecundó para siempre ese peñón estéril y solitario, y de allí brotaran mañana otras nuevas imponentes legiones.

La "Alianza” acompañaba al monitor "Manco-Cápac", en sus ataques á las tropas enemigas.
El monitor, después, busca el fondo del océano, quedan náufragos que la "Alianza” auxilia, y no queda á flote más que ese miserable elemento, en el mar nuestro, donde pudiese enarbolarse nuestra bandera.

Aun no estaba todo vencido en Arica: quedaba un bote que era necesario perseguir y destruir... ¿Apresar?... era imposible. Allí iba él, él. que al pisar esa diminuta embarcación, dijo al Dictador: "Si á pesar de mis deseos, fuera imposible realizar algo en beneficio de la patria, tened seguro que la planta chilena no profanará la cubierta de la "Alianza”.

Y la "Alianza”, con su pabellón á popa, corría adelante de los enemigos, le hacían fuego el "Cockrane”, la "Magallanes” y el "Loa”, contestando ella con sus tiros de rifle, que eran la protesta á nuestra desgracia. la obediencia á la respuesta de Bolognesi, "quemar el último cartucho”….

Pero tanto hacer!... ¡tanto obligar á la materia á obedecer al espíritu!  La "Alianza”, quemados sus calderos, amainado su andar hasta tres millas, vogaba sobre las rompientes, buscando sobre las crestas de las olas la salvación de su bandera…

El último cartucho
La tarde parece esperaba el desenlace de ese drama ignorado, al cual el océano acudía como espectador. Llega otro trasporte por el norte, y la “Alianza” se ve encerrada entre dos fuegos irresistibles…

Entonces recala á Puerto "Inglés” y Mora allí cumple su promesa: toma el pabellón y le oculta bajo esa tierra... ¡Como si inhumara un cadáver!  preparó un torpedo lo hizo estallar... y la "Alianza" fué!

Después con el peso de las lágrimas comprimidas, llevando sobre su corazón el luto de Arica y el de la patria, por los escarpados flancos ascendieron á la planicie.

Cuando los enemigos llegaron á la playa de la "Alianza”... no encontraron más que el reflejo de la explosión y que el agua hervía aún bajo sus pies...

Carlos T. Barandiarán
Oficial del “Manco-Cápac”

**********************
Texto tomado de un recorte de revista no identificada, también se puede leer en la revista Mundial, 11 de junio de 1920.

Saludos
Jonatan Saona

No hay comentarios.:

Publicar un comentario