BATALLÓN CÍVICO DE ARTILLERÍA NAVAL.
Tacna, Mayo 28 de 1880
Señor Coronel:
A las 11 A. M. del día 26 del presente recibí la orden que V. S. me comunicó personalmente, de atacar con mi batallón a las fuerzas enemigas para apoyar al batallón Valparaíso que iba de descubierta y que en esos momentos rompía el fuego, comenzando de esa manera la batalla por parte de la primera división que V. S. dignamente comanda.
La orden fue inmediatamente efectuada, cargando con todo vigor al enemigo y logrando desalojarlo progresivamente de las varias trincheras, lomas y cerrillos en que se defendía, ocultándose hasta el extremo de sobrepasar su línea y tomarle dos cañones de campaña.
No se escapará a la penetración de V.S., que conoce la clase de terreno en que nos hemos batido, donde los soldados enterraban los pies en la arena hasta el tobillo, que no habían almorzado ni tenido un momento de descanso, las fatigas, esfuerzo y arrojo que ha tenido que desplegar nuestra división para dar nuevos y mayores triunfos a la patria, luchando contra los batallones Colorado de Daza, Aroma y otros de los mejores cuerpos del ejército boliviano. La fuerza de que se componía el batallón de mi mando en el momento del combate era de 500 individuos de tropa.
Tenemos que lamentar la irreparable pérdida del valiente subteniente de la 4ª compañía don Juan Gillman y 44 individuos de tropa; gravemente herido el denodado capitán ayudante don Guillermo Carvallo y el capitán de la 3ª compañía don Pedro Elías Beytia, quien al abocar uno de los cañones que habíamos quitado, con el propósito de hacer fuego sobre el enemigo, recibió la explosión de un saquete, quemándose la cara y las manos.
Han sido heridos levemente, el que suscribe y los arrojados oficiales capitán de la 2ª compañía don Reinaldo Guarda, capitán de la 4ª compañía don Roberto Simpson, teniente de la misma don Enrique
Délano, y los subtenientes de la 1ª compañía don Miguel Valdivieso y de la 2ª don Enrique García.
Los individuos de tropa heridos entre leves y graves son 96.
Aunque V.S. ha sido testigo ocular del bizarro comportamiento en general del batallón de mi mando, sin embargo, creo de mi deber recomendar a V. S., para que por su conducto llegue a conocimiento del Supremo Gobierno, el sobresaliente valor y la serenidad desplegada por los jóvenes oficiales, sargento mayor del cuerpo don Alejandro Baquedano, sargento mayor comandante de la 1ª compañía don Alfredo Délano, capitán ayudante don Pedro A. Dueñas, teniente de la 2ª compañía don R. Guillermo Doll, de la 3ª don Ramón Luís Opaso, de la 1ª don Julio Jeanneret y don Enrique Escobar Solar, de la 2ª don David Vives, de la 4ª don Gustavo Prieto Z. y subteniente de la 3ª compañía don Víctor Goicolea.
Dios guarde a V. S.
M. URRIOLA
Al señor Coronel, Jefe de la primera división, don Santiago Amengual
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Saludos
Jonatan Saona
Para ubicarnos en el momento histórico, cabe recordar que el parte se refiere al "batallón cívico de artillería Naval". Unidad que utilizaba, obviamente, el vocabulario náutico en su orden interno, voces de mando y comunicaciones.
ResponderBorrarDe ahí que Urriola señale que, trascurridas algunas horas de la batalla, sus tropas "no habían almorzado". Lo que en tierra llamamos "desayuno, almuerzo y comida", en la Armada se denomina, en el mismo orden, "almuerzo, comida y cena".
Por eso es que el 21.05.79, poco después de las 8 AM, Arturo Prat pregunta a Condell, en la Covadonga: "¿Ha almorzado la gente?"