Recorte del semanario |
De L'Amérique, de Bruselas, Bélgica, del 8 de Noviembre, tomamos lo siguiente:
“Cuando en 1866el almirante español Méndez Nuñez bombardeó Valparaíso, bombardeo justificado hasta cierto punto por la estratagema de que se había valido una corbeta chilena para apoderarse de la goleta española Covadonga, el Presidente del Perú, Sr. Prado, tomó hecho y causa por Chile y declaró la guerra a España, haciendo así a los chilenos un inapreciable servicio.
“Hubiérase creído que en recuerdo de tan generoso socorro, el nombre de Prado hubiera debido dejar en el corazón de los chilenos un sentimiento imperecedero de gratitud.
"En efecto; Chile acaba de pagar de una manera brillante la deuda de reconocimiento que había contraído para con el Presidente Prado!
"Leemos en La Nación, de Guayaquil, el relato de la ejecución del coronel Leoncio Prado, hijo del ex-
Presidente del Perú. El coronel Prado, abandonado entre los muertos y heridos sobre el campo de batalla de Huamachuco, acribillado de heridas, ha sido fusilado tres días después de la batalla! Este infortunado patriota peruano, incapaz de tenerse en pié por causa de las heridas que había recibido en las piernas, fué fusilado sentado, su valor y su sangre fría no le han abandonado un solo instante; y le concedieron el honor de mandar en persona el fuego!...
“Un periódico chileno, el Mercurio, de Valparaíso, tratando de justificar ese asesinato, dice que el coronel Prado deseaba la muerte, pues no quería sobrevivir a la derrota de los suyos! Lindo pretexto, a fé mía, para asesinar á un valiente soldado, el darle la muerte con la intención de satisfacer sus votos!
“Conocemos los inexorables rigores de la guerra, sabemos que en todos los países y en todas las épocas, cuando las tropas regulares han sido derrotadas, se trata de bandidos á todos los patriotas que luchan contra toda esperanza y rehusan inclinar la cerviz bajo el yugo del vencedor, y mantienen alto y firme el estandarte nacional que los cobardes y los temidos inclinaron ante el extranjero.
“Los chilenos confundían bajo el nombre de Montoneros á todos los patriotas que, después de la toma de Lima, continuaban en campaña, y como Montonero es como fué fusilado el infeliz coronel Prado.
“El coronel Gorostiaga, que con esta bárbara ejecución ha manchado sus laureles de Huamachuco, debería haberse acordado de las palabras de aquel gentil hombre del tiempo de Cárlos IX, que habiendo recibido la orden de degollar á lo hugonotes, dió al rey la respuesta siguiente; “Señor, entre los hombres que están á mi mando, solo he encontrado valientes soldados, pero ni un solo verdugo!”
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Texto e imagen publicados en el semanario "La Crónica" Los Ángeles, California. 8 de diciembre de 1883.
Saludos
Jonatan Saona
El epíteto de "montoneros" es algo nebuloso y no explica la situación que se vivía en la sierra peruana desde 1882. Todos los oficiales y soldados de las tropas de Cáceres, así como los contingentes de las montoneras de Elías y otros caudillos, estaban condenados a muerte en caso de captura, hubiera o nó hecho de armas de por medio, o rendición. Y ello se había ordenado así en respuesta a la aplicación del destace o descuartizamiento de los combatientes chilenos capturados, por parte de las citadas tropas y montoneras peruanas, a partir del invierno de ese año 1882. Así de simple. Por esa razón no hubo prisioneros en Huamachuco: todo capturado, herido o ileso, fue ejecutado. Pero no descuartizado.
ResponderBorrarPor otra parte, el coronel y caudillo Leoncio Prado tenía una deuda particular pendiente: capturado en Tarata en julio de 1880, fue liberado bajo palabra después de la ocupación de Lima, al igual que numerosos otros oficiales. Su compromiso fue no volver a tomar las armas contra Chile en la guerra. Y faltó a ella. Prado fue un patriota, y su explicación sobre esta violación de un compromiso de honor habla de que no tiene validez tal palabra ante el espectáculo de su país ocupado por fuerza extranjera. Discutible o no tal modo de ver las cosas, él tenía asumido que no podía darse el lujo de caer vivo en manos chilenas. Por ello pidió desde el primer momento la muerte de un soldado, demostrando en sus últimos dos días un valor y serenidad que dejó huella en sus captores. No hubo testigos peruanos de su ejecución, cabe recordar, y el testimonio de su entereza ante la muerte quedó registrado en los relatos de los oficiales chilenos allí presentes.
Prado no ha socorrido a Chile en la Guerra Hispano-Sudamericana, fue al revés. España le declaró la guerra a Chile por que Chile solidarizó con el Perú cuando las Islas chinchas fueron ocupadas por la poderosa flota española. Entonces la generosidad es chilena y la traición peruana . No se puede confundir la historia documentada.
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