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26 de mayo de 2016

Miguel Grau

Miguel Grau
"MIGUEL GRAU 

Á este noble marino peruano, vencedor en Iquique del chileno, le cupo la suerte de ser vencido á su vez cuando le tocó luchar contra fuerzas superiores. 

Con su monitor, el Huáscar, había logrado echar á pique la Esmeralda, viejo barco de madera; había sostenido otros combates más ó menos ventajosos con otros barcos chilenos; había esquivado con notable pericia, secundando las órdenes de su gobierno, todo combate de éxito dudoso. Y, en suma, había prestado servicios eminentes al Perú, su patria. 

Pero llegó un día, el 8 de octubre de 1819, en que se vio forzado á combatir contra fuerzas bastante superiores y naves más potentes. 

Copiamos de un historiador chileno (1) : 

«... La lucha se iba á empeñar entre dos naves revestidas por una espeza coraza de fierro. 

" El Huáscar rompió sus fuegos en retirada á las nueve y cuarto de la mañana. El Cochrane (acorazado chileno) siguió avanzando, y sólo cuando hubo acortado considerablemente la distancia hizo sus primeros disparos sobre la nave enemiga. Jamás fueron más certeros los disparos de la artillería. Los cañonazos del Cochrane destrozaron la torre blindada del Huáscar, destrozando también al comandante Grau. Dos oficiales que tomaron el mando sucesivamente, cayeron uno en pos de otro en el puesto de honor. 

» La derrota del monitor peruano parecía inevitable. Sin embargo, el combate se sostuvo con toda energía cerca de una hora más con nutrido fuego de cañón y de las ametralladoras que el Huáscar tenía en sus cofas... 

» Mientras tanto la fragata Blanco Encalada (chilena), forzando su máquina, se acercaba al sitio del combate, rompía sus fuegos sobre el monitor peruano y seguía avanzando como para espolonearlo. Se estrechaba la lucha más y más, y la espesa humareda de los cañones, de las ametralladoras y de los rifles ocultaba á cada instante la verdadera posición de cada nave. El comandante Latorre (chileno), por medio de un movimiento bien ejecutado, colocó al fin al Huáscar entre dos fuegos obligándole á rendirse. » 

El Huáscar se rindió cuando ya no existía el benemérito Grau; cuando ya habían muerto los dos bravos marinos que le sustituyeron en el mando; cuando se contaban 61 muertos abordo y era casi imposible toda resistencia. De los 200 hombres que componían la tripulación del monitor peruano, sólo 140 quedaron en poder del enemigo (y heridos muchos de ellos). 

Tal fué el sangriento combate de Angamos, donde los chilenos tomaron su revancha del de Iquique. 

El comandante Riberos (chileno), en su parte oficial de la captura del Huáscar, se expresaba así : 

« La muerte del contralmirante peruano don Miguel Grau ha sido muy sentida en esta escuadra, cuyos jefes y oficiales hacían amplia justicia al patriotismo y al valor de aquel notable marino ». 

No todos en Chile han sido tan justicieros con el benemérito patriota peruano. Tampoco en el Perú han hecho todos justicia á don Arturo Prat. Es que la pasión obscurece el raciocinio. Pero estamos bien seguros de que ha de llegar un día en que todos tributen los aplausos más sinceros al adversario vencido, que los combatientes se degradan deprimiendo al enemigo, vencido ó vencedor. 

Por nuestra parte, no haremos comparaciones entre el combate de Angamos y el de Iquique, ni entre el comandante Grau y el joven capitán Prat. El valor del último es sin duda más épico; el del primero es más sereno y más solemne. Los dos combates son igualmente gloriosos para las dos marinas chilena y peruana. 

La memoria de Grau es imperecedera. En el Perú causó la noticia de su muerte, y la de la pérdida del Huáscar, una emoción profunda. Y el tiempo no ha desvanecido la impresión. Todavía en 1890 se escribe en Lima con lágrimas como á raíz de aquel infausto suceso. 

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(1) Barros Arana, Historia de la Guerra del Pacifico. "



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Texto tomado del libro "Figuras americanas: Galería de hombres ilustres" por Miguel A. Pérez. París, 1891.

Saludos
Jonatan Saona

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