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25 de mayo de 2016

Entrevista a Fernández Vial


Entrevista a Arturo Fernández Vial
Entrevista al contralmirante Arturo Fernández Vial, publicada por el diario "La Nación" el 21 de mayo de 1931, para conmemorar un aniversario más del combate de Iquique. Lo curioso es que el veterano se niega hacer un recuerdo del histórico combate.
Se publica la transcripción de la entrevista:

""YO NO HABLO; QUE LO HAGAN LOS DEMÁS"
dice el contralmirante en retiro don Arturo Fernández Vial, sobreviviente del Combate Naval de Iquique. Postrado en cama, víctima de una afección cardíaca, vive solícitamente atendido por su hermana la señora Herminia Fernández vda. de Ríos.

“YO NO TENGO AMIGOS. — LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO MUCHO”

Una de las figuras más populares de la capital, es la del contralmirante don Arturo Fernández Vial, sobreviviente del Combate Naval de Iquique, cuyo aniversario se conmemora hoy.

Hasta hace poco el contralmirante Fernández Vial frecuentaba los paseos públicos y llamaba la atención por su tradicional costumbre de no usar sombrero. Cuando en los días de lluvia salía a la calle, lo hacía en la misma forma y se resguardaba de las inclemencias del tiempo con un paraguas.

EN BUSCA DEL SEÑOR FERNÁNDEZ VIAL
Ante un aniversario como el de hoy, era indispensable ubicar al señor Fernández Vial con el fin de saber de sus labios algunos recuerdos del memorable hecho naval en que se sacrificaron el glorioso capitán Prat y un puñado selecto de sus hombres. Ya no vive el señor Fernández Vial en la Avenida Matucana y en su antigua residencia, nos indican que se había cambiado a una casa de color amarillo ubicada en la Avenida Portales, entre Cueto y Sotomayor.

POSTRADO EN CAMA
Una joven nos recibió en la puerta y nos hicimos anunciar. Una rápida mirada hacia el interior, nos permitió divisar la venerable figura del sobreviviente del combate de Iquique que yacía postrado en cama en la primera pieza de la derecha.
Entramos. El glorioso marino levantó su vista y nos hizo un saludo mientras se calaba sus gafas para leer en la tarjeta nuestro nombre.
—¿Está enfermo, señor almirante?
—Aquí estoy postrado en cama desde hace tiempo y no sé cuándo podré abandonar el lecho.
La mirada del viejo marino se tornó triste. Se repuso en el acto y nos invitó a sentarnos al lado de su cama.

RECUERDOS PARA ALGUNOS PERIODISTAS
—¿De “La Nación”?—Tengo allí buenos amigos sobre todo Hugo y Jorge Gustavo Silva. Soy amigo de los tres hermanos y tengo grande simpatía hacia Víctor Domingo. —Y, a propósito, ¿quién escribe con el pseudónimo Fox? Debe ser amigo mío también porque en sus últimos artículos hizo una alusión muy cariñosa para mi persona.

LA ENFERMEDAD DEL ALMIRANTE
Llevamos la conversación hacia la enfermedad que aqueja al señor Fernández Vial.
—Estoy embromado con esta dolencia; pero me encuentro en muy buenas manos. El doctor Femando Casasbellas me atiende con toda dedicación.
Sufre el señor Fernández Vial una dolencia al corazón que a sus años se presenta con caracteres más agudos.

“YO NO HABLO; QUE LO HAGAN LOS DEMÁS"
Un tanto sofocado y con voz baja, el contralmirante Fernández Vial nos dijo:
—¿A qué se debe esta visita?
—Queríamos conversar con usted, almirante, en la víspera del Aniversario del Combate Naval de Iquique.

El señor Fernández Vial se incorporó en su lecho y con voz ronca nos respondió:
—Ni una palabra. Yo no hablo; que lo hagan los demás. Nada de exhibicionismo.
—Sin embargo, cualquier recuerdo...
—No insistan, porque me molestan.
—¿Quedan muy pocos sobrevivientes? almirante...
—No tengo idea.
—¿No lo visitan algunos amigos?
 —No. Yo no tengo amigos. Los tiempos han cambiado mucho y los de ahora no son como para tener amigos.

LA HERMANA DEL ALMIRANTE
En ese momento entró al dormitorio del enfermo una señora.
—Es mi hermana Herminia, mi única compañera.

La señora Herminia Fernández Vial viuda de Ríos, vive desde principios de este año con su hermano a quien prodiga los más solícitos y cariñosos cuidados.
—El almirante demuestra en su rostro un agotamiento físico notable.
No podíamos molestarlo más,  nos despedimos.

Nos tendió su mano ajada por los años y estrechó la nuestra fuertemente, mientras nos decía:
—Saluden a Hugo y a Jorge Gustavo y no se olviden de saludar también a Fox. Me gustaría conversar con él.

CON LA SEÑORA HERMINIA FERNANDEZ VIUDA DE RIOS
La señora Herminia Fernández Vial viuda de Ríos, nos invitó al salón de su casa y allí conversó con nosotros.
—Soy la única hermana—nos dice— que le queda a Arturo. Me lo he traído aquí, porque necesita de mis cuidados. Los dos compartimos las vicisitudes del destino. ¡Pobre mi hermano!. El doctor Casasbellas se ha portado muy bien y es el médico de cabecera que tiene.

—¿Qué ha hecho el almirante en este último tiempo?
—Entregado por entero a la lectura y desde que está postrado en cama lee sólo la prensa.

—¿Por qué no quiere hacer recuerdos sobre el Combate de Iquique? le preguntamos a la señora de Ríos.
—Nadie lo sabe. Lo único que les puedo decir es que siempre dice que después de su muerte se sabrán muchas cosas.

—¿Viene gente a visitarlo?
—Ha vivido este último tiempo alejado de todo el mundo. No quiere saber de nadie.

—En el salón de la casa había muchas fotografías.
La señora Fernández viuda de Ríos, satisface nuestra curiosidad. Este es el último retrato que le han tomado a Arturo.
Y cuando abandonábamos la residencia de la Avenida Portales dimos una última mirada al recio marino que desde su lecho de enfermo nos saludaba con la mano, mientras su cara se ilumina como recordando hechos de hace más de medio siglo..."

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Texto e imagen: Recorte del diario "La Nación", Santiago de Chile, jueves 21 de mayo de 1931.

Saludos
Jonatan Saona

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