Chorrillos destruido, grabado de "La Ilustración Española y Americana" |
Inserta varios grabados de Chorrillos destruido, en base a fotografías tomadas por el estudio Courret, y que le fueron remitidas por D. Augusto González.
"SUCESOS DE AMÉRICA.
NOTICIAS de buen origen, que hemos recibido por los últimos correos, nos permiten ocuparnos con cierta latitud de los principales acontecimientos, adversos los unos, prósperos los otros, que solicitan la atención en las repúblicas de la antigua América Española
Entre éstos ocupan el primer lugar, por su importancia y trascendencia, los combates librados entre los ejércitos peruano y chileno, y cuya consecuencia ha sido, como no ignoran nuestros lectores, la ocupación por este último de la ciudad de Lima. Las tropas de Chile, al mando del general Baquedano, estuvieron acampadas en el valle de Lurín, punto estratégico importante, desde el 23 de Diciembre del pasado año hasta el 12 de Enero último, invirtiendo este tiempo en proveerse de víveres, municiones y medios de trasporte, ven reconocer las posiciones de los peruanos entre Chorrillos y Monterico-Chico. La primera línea de defensa del ejército á las órdenes del ex-dictador D. Nicolás de Piérola ocupaba las alturas que se extienden en la dirección de Oriente al Norte, desde el Solar hasta más allá de las Casas de San Juan, y desde este punto, de nuevo hacia el Oriente en la dirección de Tebes y Monterico-Chico. Un parapeto formado de sacos de arena, y precedido de dos hileras de pozos destinados á proteger la infantería, constituía la línea de defensa de los peruanos, componiendo su artillería
6o bocas de fuego entre cañones y ametralladoras.
Tres divisiones chilenas, mandadas por el general Sotomayor
y los coroneles Lynch y Lagos, dieron principio al
ataque al amanecer del dia 12(*) de Enero, y á las siete y
media de la mañana parecía evidente la derrota de los
peruanos, cuando éstos, en número de algunos miles, y
exhortados a la resistencia por el enérgico Piérola, renovaron
el combate, con mayor encarnizamiento, si cabe, que
al principio, posesionándose de la villa de Chorrillos y alturas
que la rodean. El fuego de cañón y de fusilería no se
interrumpió un momento por ambas partes hasta las doce
del día, en que las tropas peruanas hubieron de efectuar su
retirada, después de una lucha sangrienta y obstinada
como pocas.
La villa de Chorrillos, memorable de hoy más en la historia
americana, por el rudo combate de que fue teatro, era
un lindísimo pueblo edificado á orillas del mar, y que, por
su agradable temperatura en la estación de los calores, servia
de estación de baños á la sociedad más distinguida de
Lima. «De aquel hermoso lugar, formado por infinitas casas
de campo—nos dice el Sr. D. Augusto González en
carta que tenemos á la vista — sólo queda un montón de
ruinas. Es un hecho, probado de una manera auténtica y
oficial, que el 13 de Enero, día de la batalla, no había un
solo rancho lastimado: sólo cuatro horas más tarde, cuando
el ejército chileno ocupaba el pueblo, empezaron los
incendios y saqueos, metódica y escrupulosamente llevados
á cabo.»
No es nuestra intención extendernos en comentarios
sobre las precedentes lineas, arrancadas al patriotismo por
el dolor de ver el suelo nacional hollado por el invasor.
¿En qué guerra no ha sucedido lo mismo, por desgracia?
A la atención del mismo Sr. González debemos las fotografías
de que son copia el segundo de nuestros grabados
de la pág. 292, y los cuatro que ocupan la 293. Ellos dan
testimonio de la calamidad de que ha sido víctima la infortunada
población de Chorrillos, consecuencia inevitable
de la reñidísima batalla, que ha costado 2.500 hombres á
los vencedores y 4.000 á los vencidos.
No ha de escapar seguramente á la atención de nuestros
lectores un detalle que presentan las vistas de Chorrillos
á que hoy damos cabida. Allá, en la cumbre de un cerro
que domina la población, se destaca sobre el cielo, oscurecido
todavía por el humo del incendio, el signo de la Redención,
como un elocuente reproche á la ambición humana,
y una muda plegaria por el alma de los muertos.
Un deber de la más estricta imparcialidad nos mueve á
copiar aquí lo que dice un Boletín de origen chileno sobre
el incendio y destrucción de Chorrillos : «La valerosa
resistencia de los peruanos en las calles y casas de Chorrillos
fue funesta para esta linda población, verdadero nido
de lujo, elegancia y riqueza , situada sobre las estériles costas
del Pacifico. Los incendios, determinados en ciertos
puntos por las granadas, y en otros por la necesidad de
desalojar al enemigo, que continuaba haciendo fuego desde
los tejados y los balcones de las casas, se declararon á la
puesta del sol en proporciones formidables, y derramaron
sus fatídicos resplandores sobre esa horrible escena , que
suele ser el epilogo de las batallas. Todos los esfuerzos de
los jefes chilenos fueron inútiles para contrarrestar el desastre,
y el fuego consumió aquellas hermosas casas, unas
después de otras. Dos días después sólo quedaba de Chorrillos
un montón de escombros, sembrado de cadáveres
calcinados.»
En la mañana del dia 15 los representantes de Inglaterra,
Francia y República del Salvador se presentaron al
general chileno, como encargados por el dictador Piérola
para presentar proposiciones de paz. En la conferencia, que
tuvo lugar en el campo chileno, el general Baquedano exigió como cláusula sine qua non la suspensión de las hostilidades,
la cesión provisional del puerto del Callao y sus
fortalezas, y la entrega de los buques de guerra y trasportes
que componían la escuadra peruana. Los intermediarios
prometieron trasmitir estas bases á D. Nicolás de Piérola, dejando pactado un armisticio, que espiraría á las doce
de la noche, pero durante el cual ambos ejércitos beligerantes
conservarían la libertad de operar los movimientos
que sus generales juzgasen convenientes, en la previsión
de próximos sucesos. Pero estaba escrito que la guerra había
de llevar sus estragos hasta las puertas mismas de Lima.
Mientras se discutía el armisticio, se trababa del lado
de Miraflores un nuevo combate, que no se terminó hasta
el caer de la tarde, con la toma, por los chilenos, de los cinco
reductos artillados, última línea de defensa de la capital,
cuyo alcalde se presentó al día siguiente al general Baquedano,
declarando que Lima abría sus puertas al vencedor.
La ciudad fundada por Francisco Pizarro presenció tristes
escenas en las noches del 10 al 16. Turbas hambrientas,
enloquecidas por el desastre y alentadas por la ausencia de
toda autoridad, recorrieron sus calles, asaltando de paso
los almacenes de víveres, y entregándose al robo y á la
embriaguez. En el Callao ocurrieron los mismos sucesos,
y en su puerto fueron entregados á las llamas los restos de
la flota peruana, compuesta del monitor Atahualpa, corbeta
Unión, y trasportes Rímac, Oroya, Chalaco y Limeña.
El 17 ocuparon los chilenos á Lima, y el 18 el Callao,
después de una campaña naval y terrestre que ha durado
casi dos años.
Según El Mercurio de Valparaíso, el ejército chileno,
ensoberbecido por la victoria, declara indigna de él una
paz que no abrace las condiciones siguientes : Cesión de
las provincias de Antofagasta, Tarapacá y Tacna.—Indemnización
de todos los gastos de la guerra, incluso el valor
de los buques Esmeralda, Loa, Covadonga y Janequeo, perdidos
por Chile, y de la flota peruana incendiada en el Callao.
Indemnización de daños y perjuicios á los súbditos
chilenos expulsados del Perú y Bolivia. — Prohibición para
el Perú de artillar sus puertos antes de cincuenta años, y de tener buques de guerra antes de cuarenta.—Tratado de
comercio entre las dos Repúblicas, otorgándose recíprocamente
la cláusula de la nación más favorecida. — Repartición por terceras partes entre Chile, el Perú y los acreedores
extranjeros reconocidos por el Gobierno peruano
hasta 1° de Enero de 1879, de los productos del guano.—
Obligación para el Perú de mantener á sus expensas un
ejército chileno de ocupación, fuerte de 10.000 hombres.
Tal será el porvenir que la adversa suerte de las armas
reserva al antiguo imperio de los Incas si los buenos oficios
de algún Gobierno amigo no consigue apaciguar las
iras del vencedor en beneficio del vencido. Así lo deseamos
nosotros sinceramente."
(*)fecha correcta es 13 de enero de 1881
***************
Texto y grabado tomado de la revista "La Ilustración Española y Americana" año XXV, n° XVII, Madrid, 08 de Mayo de 1881,
Saludos
Jonatan Saona
Eso no fue una guerra eso fue un asalto a mano armada apoyados por los incalaperra ,digo los de inglaterra.Destruyeron todo para quitarnos identidad que ellos no tiene. Y de pasada se convirtieron en traidores de Sudamerica..Dando apoyo logístico a los incalaperra.
ResponderBorrarSi algún día llega a ocurrir un choque entre los dos países, definitivamente el Perú tendrá que hacerle la guerra a Chile de la misma manera que Chile se la hizo al Perú. Veremos qué dirán después. Lo importante es nunca más estar en condiciones de inferioridad tanto militar, como de liderazgo político. Chile es país vecino, no país hermano. Y con todos los comentarios que hacen, parecen tener la idea de que el Perú, el ejército, y el pueblo actual, es lo mismo de 1879. Vaya error!!
ResponderBorrar¡¡ Que bueno que peruanos publiquen estas letras de una Revista La Ilustración Americana y Española, y basadas en lo que les informaba desde Lima un peruano. ¡¡ Clarísimo !! no queda duda de la real situación reportada, que aprendan aquellos que quieren dar otra versión de los hechos. Chorrillos fue campod e batalla y como tal, ante la resistencia fue arrasado por granadas y fuego. Dice el artículo español: "¿En qué guerra no ha sucedido lo mismo, por desgracia? También aclara que la entrevista con Baquedano fue solicitada por el dictador Piérola que utilizó a los cónsules extranjeros y dice claramente las condiciones impuestas a ellos por Baquedano, así como la posterior petición del Alcalde Torrico de que el Ejército de Chile se hiciera cargo de Lima ante el desastre que estaban dejando los restos de los soldados peruanos en desbandada. Ojalá aprendan de sus propias publicaciones algunos que no han querido convencerse de la historia real. Y sobre Inglaterra ? el único inglés que había era el Consul Stirling que encabezó la delegación para pedir armisticio POR PERÚ !!
ResponderBorrarMuy buena lectura. Enmarca los acontecimientos con claridad y como ocurrieron. Si el ejército de Chile llegó a las puertas de Lima, la responsabilidad la tienen los gobiernos anteriores a 1879 que permitieron que el Perú no estuviese en condiciones de enfrentar una guerra exterior a gran escala. Por lo demás, el General Pedro Silva en su reporte informa que 6,000 soldados Peruanos cayeron defendiendo Lima. Por parte de Chile la cifra llega a casi 4,000. Ayuda inglesa, o no, esto es algo que a los peruanos nos debe de llenar de orgullo, La verdad es que ciertamente Chile ganó la guerra, pero no fué fácil para su ejército. Ellos también recibieron lo suyo.
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