CARTAS DEL CAMPAMENTO.
Dolores, Diciembre 31 de 1879.
Señor Director de Los TIEMPOS:
Veo que por allá se duda del empleo de balas esplosivas hecho por los aliados. Pues es una verdad confirmada por todas mis averiguaciones.
Pero como no pretendo ser creído sobre mi palabra, me permito trascribir a Ud. dos cartas que me parecen testimonios decisivos; pertenecen a los comandantes de los batallones que tomaron parte mas activa en la batalla del Encañado, a los comandantes del Coquimbo i del Atacama.
Las cartas de mi referencia dicen así:
"Señor don Juan Martínez.
-—Dolores, Diciembre 20 de 1879.
—Querido amigo:
—Desde el hecho de armas del Encañado, el 19 del próximo pasado, he asegurado que el ejército enemigo había hecho disparos con cápsulas esplosivas, cosa que han negado algunos.
Al observar en ese combate que muchos proyectiles hacian una detonación como un cohete chingado, no podia darme cuenta a qué seria debido esto; pero luego caí en que eran balas esplosivas, i, mas o menos, de una clase que usé, tirando al blanco en la Serena, con unas cápsulas que me fueron dadas por un amigo, sin saber de qué clase eran. Dichos proyectiles vienen en caja de cartón i signadas: "Cápsulas Remington" i no recuerdo que otra cosa mas.
En el hecho de armas aludido, varios oficiales i tropa recojieron de esas balas después de haber hecho esplosion, las que quedan como granadas o estrellas planas de seis a siete picos después del choque, i otras se reparten en pedazos. Algunos dias mas tarde me preguntaron por el hecho i si tenia en mi poder algún proyectil. Solo pude conseguir entonces uno que tenia el teniente Arellano i que era una verdadera granada abierta; lo di al señor Ministro de la Guerra en campaña.
En este instante he sabido que en su batallón tienen algunos soldados balas esplosivas, i aun me dicen las hai cargadas. Si esto fuera así, agradecería a Ud. infinito me buscase todas las que hubiesen de esta clase, pues deseo probar que se han usado cápsulas esplosivas por los enemigos. Todo dato que me suministre en este sentido, será de valor para sostener mi dicho.
Sírvase, pues, amigo, contestarme al pié de ésta.
Su seguro servidor i afectísimo amigo.
— Alejandro Gorostiaga."
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"Señor don Alejandro Gorostiaga.
—Diciembre 26 de 1879.
—Apreciado amigo;.
—En contestación a su carta, de fecha 20 del corriente, remito a Ud. una bala esplosiva que me entregó el subteniente de este cuerpo don Juan 2.° Valenzuela, quien la obtuvo de uno de los soldados de su compañía en la batalla del Encañado.
Dicha bala va, como Ud. verá, descargada, operación efectuada por Valenzuela con el objeto de convencerse realmente si el proyectil contenia materias esplosivas, lo que, en efecto, consiguió, encontrando en el interior una regular cantidad de pólvora.
También mis oficiales i yo hemos notado, en la toma de Pisagua i combate del Encañado, que estallaban algunos proyectiles, produciendo un sonido estraño que no sabíamos a qué atribuir; pero ahora que vemos claro, por la afirmación de Ud. i la operación practicada por Valenzuela, no nos quedan dudas de que eran esplosivas.
He hecho buscar otras en mi batallón, pero no he encontrado ya. Los soldados tuvieron algunas, según me dicen, i considerándolas inútiles, las perdieron.
Queda de Ud. afectísimo i atento servidor.— J. Martínez."
Agregaré a Ud. que todos los oficiales del Atacama i del Coquimbo, con quienes he tenido ocasión de hablar, afirman lo mismo que sus comandantes.
Ya no se puede dudar.
Y.X."
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Texto de las cartas publicadas en la recopilación de documentos de Pascual Ahumada y Moreno, tomo II.
Saludos
Jonatan Saona
Las llamadas balas explosivas, no llevaban explosivos. Seguramente se debía a la falta de conocimiento, ya que hacía pocos años habían aparecido.
ResponderBorrarSe consideraba que no se debía utilizar, ya que causaban mucho daño, al expandirse al alcanzar el cuerpo del enemigo. Tanto así, que ya existían conversaciones de prohibirlas.
Al aparecer en las batallas de la Guerra del Pacífico, en Pisagua y Dolores, molestó mucho a los militares chilenos, mas aún si se considera el repase que hicieron los aliados en Tarapacá. Encina menciona que después de lo último, la guerra adquirió niveles mas despiadados y si se agrega que en Arica los aliados utilizaron minas, que también eran considerado por los soldados chilenos como algo a lo menos poco honorable, se aumentó el nivel de crueldad en el campo de batalla.
CUando no...Gorostiaga firma el documento, el asesino de soldados fatigados y rematador de heridos de batalla.
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