Militar boliviano, hijo del coronel Felipe Ravelo, que participó en Ingavi, desterrado posteriormente vivió en Tacna y luego apoyó al gobierno de Mariano Melgarejo.
El teniente coronel Felipe Ravelo (hijo) fue segundo comandante del Colorados, y cayó herido gravemente en la batalla del Alto de la Alianza (26 de mayo de 1880), falleciendo prisionero días después de la batalla.
El teniente coronel Felipe Ravelo (hijo) fue segundo comandante del Colorados, y cayó herido gravemente en la batalla del Alto de la Alianza (26 de mayo de 1880), falleciendo prisionero días después de la batalla.
El coronel boliviano Idelfonso Murguía al explicar la forma como rechazaron a la caballería chilena, dice lo siguiente:
"Ante la carga de la caballería chilena, ordené formar cuadrilongos. Se formaron en número de seis. Al centro tres dirigidos por los intrépidos mayor José María Yáñez, capitán Gumercindo Bustillo y capitán Juan S. González. A mi izquierda otro, por el jefe del 3° batallón, teniente coronel Zenón Ramírez, que a mil metros a retaguardia había perdido su caballo. Por último, otros dos cuadrilongos a mi derecha bajo el mando del teniente coronel Felipe Ravelo. La rapidez de su formación correspondió a la rapidez del avance del enemigo. Una inmensa nube de polvo y el estruendo de sus armas acompañaban a los corceles. Llegó el enemigo hasta 15 metros de nosotros. Una descarga que parecía hecha por un solo hombre lo recibió, y después otra y otra. La caballada dio vuelta en menos tiempo del que basta para decirlo. Ordené dispersión en guerrilla para seguir con el avance..."(1)
En el transcurso de la batalla recibió algunos proyectiles en la pierna izquierda, desmayándose por la pérdida de sangre, en carta del propio Felipe Ravelo le cuenta a su cuñado Zenón Zamora residente en Sucre:
“Tacna. 2 de junio de 1880.Querido hermano:Todo se ha perdido menos el honor. Ya sabrás cuál ha sido la conducta de mi batallón y de éste tu hermano en la batalla de hace seis días. De 540 hombres han quedado 300 cadáveres y 60 heridos. A mí me hirieron en la pantorrilla muy al principio y seguí batiéndome hasta que, llena ya la bota granadera de sangre, volví a recibir un segundo balazo en el muslo izquierdo, hirieron a mi caballo en la cabeza, me desmayé y caí al suelo. Recuperé el conocimiento en brazos de jefes y oficiales chilenos, que me llevaron a la ambulancia presentándome mil consideraciones. Murguía también herido. Muertos varios oficiales. Heridos casi todos. José y Octavio buenos.Ninguna de mis heridas es de consideración, así es que sanaré bien. No han tocado ni hueso ni arteria. Que Trinidad no tenga cuidado. Mi única pena es por ustedes y por haberse concluido un batallón como el 1° que sólo él se ha batido con una división, rechazando dos cargas de caballería. Saluda a los chicos y tu dispón de tu hermano...”.(2)
Del texto de la carta se aprecia que había perdido el conocimiento y cuando despertó ya estaba prisionero de los chilenos y llevado a una ambulancia.
El Jefe de la Ambulancia Boliviana, Dr. Zenón Dalence, en sus impresiones hechas sobre la batalla, ve llegar inconciente a Felipe Ravelo:
“Apareció un jefe chileno de pequeña estatura, barba cana y anteojos. Traía en las ancas de su caballo al Teniente Coronel Felipe Ravelo, que comandó a los Colorados, a quien había encontrado tendido en la pampa, con una herida que le fracturó uno de los huesos de la pierna izquierda…"(2)
Aunque Felipe Ravelo no sabe quien fue el jefe chileno que le capturó, y el Dr. Dalence hace una descripción de él, pero sin nombrarlo, en una de las crónicas del Corresponsal de El Mercurio se lee:
“La Artillería de Marina hizo también algunas otras valiosas presas, entre ella el teniente coronel don Felipe Ravelo, segundo jefe de los Colorados de Daza, que fue tomado por el capitán don Pablo Silva Prado, después de hacerle tres heridas en la pierna izquierda….”
Un periodista chileno describió en "El Ferrocarril de Tacna", el estado de los heridos y la atención que recibían en los distintos puntos de socorro instalados en Tacna, en una casa particular encuentra heridos al coronel Camacho y al Teniente coronel Ravelo.
“Desde el amanecer del 27 de mayo salí a recorrer la ciudad... Me dirigí a las ambulancias. La boliviana, perfectamente atendida, asilaba a unos 900 heridos entre jefes, oficiales y soldados; la peruana no menos de 600. Se convirtieron en hospitales de sangre el teatro, ubicado al final de la Alameda, la recova y un edifico próximo a la estación.Varios heridos estaban en casas particulares. En una de ellas encontré al Coronel Camacho, herido por un casco de granada cerca de la ingle, más abajo del estómago. Hablamos un cuarto de hora sobre la guerra. Al término de nuestra charla me dijo: “La presente contienda no terminará pronto. La continuarán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos hasta que retornemos al mar”. Le habló al teniente Santa María sobre Derecho Internacional. Demostró una exquisita erudición en la materia. En la misma habitación que el coronel Camacho vi al teniente coronel Felipe Ravelo, jefe de los Colorados..."(2)
El teniente coronel Ravelo estaba restableciéndose de sus heridas, pero éstas se complicaron y falleció a inicios de junio de 1880.
En el 2004 durante el gobierno del presidente boliviano Carlos Mesa G. mediante la Ley nº 2922, del 26 de noviembre, en su artículo 2° señala "Se declara Héroes Nacionales a los otros Comandantes del Batallón Colorados, al Comandante Teniente Coronel Felipe Ravelo, Comandante Teniente Coronel Zenón Ramírez, Comandante Teniente Coronel Cornelio Durán de Castro, que acompañaron al Coronel Ildefonso Murguía Anze, Comandante del Batallón Colorados de El Alto de la Alianza el 26 de mayo de 1880, en la Guerra del Pacífico con la República de Chile."(3)
Notas
(1) Blog Harun al - Rashid, "La batalla de Tacna" publicado 3 de enero de 2008
(2) Roberto Querejazu Calvo, "Guano, Salitre, Sangre (Historia de la Guerra el Pacífico)"
(3) Gaceta Oficial del Estado Plurinacional de Bolivia gacetaoficialdebolivia.gob.bo
Saludos
Jonatan Saona
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