El Injeniero Holger Birkedal
El 23 de Diciembre próximo pasado llegó a Santiago, procedente de Arica, el Injeniero dinamarqués Holger Birkedal.
El señor Birkedal es un injeniero que en 1870 trabajó en el ferrocarril de Cajamarca, después estuvo en Lima i por último en Tarapacá, donde trabajó en el ferrocarril de Patillos a Lagunas.
Pertenece a una familia distinguida de los súbditos de ese anciano rei Cristian IX, cuyas hermosas hijas ocupan los principales tronos de Europa, inclusive los de Inglaterra i Russia. Jorje, actual rei de Grecia, es también hijo de Cristian IX.
Declarada 1a guerra, el señor Birkedal simpatizó de todo corazón con nuestra causa i quiso tomar un puesto en las filas del ejército.
El señor Vicuña Mackenna lo presentó al Ministro de la Guerra, señor Vergara, a fines de Agosto de 1880.
En esa entrevista, se acordó dar al señor Birkedal el grado de sarjento mayor de injenieros del ejército chileno i, como a tal, confiarlo una comisión importantísima i peligrosa.
Se le encomendó que fuese a Lima para hacer estudios:
l - Sobre el sistema de defensa de Lima i sus alrededores;
2. Sobre el armamento de los defensores;
3- Sobre las baterías, i
4- Sobre el estado moral de sus tropas i habitantes.
Acto continuo el señor Birkedal se puso a meditar el plan que debia facilitarle el feliz éxito en esta misión de confianza i delicadeza.
Se le dejó con completa libertad para manejarse, encargándosele, únicamente, que no escribiese una sola linea desde el campo de los enemigos, pues que su informe debia darlo después de terminada la comisión. Debia retirarlo de Lima en el momento en que sus observaciones hubiesen sido terminadas.
Fué a Valparaíso, i al señor don Eulojio Altamirano expuso un plan que consistía en hacerse estraer del vapor inglés, en el Callao, por la escuadra chilena, i apelar en seguida a su Cónsul dinamarqués en Lima; pero a esto objetó aquel funcionario que esa extracción de una nave neutral podría orijinar reclamaciones.
Mr. Birkedal meditó otro plan i éste fué el siguiente:
Cuando trabajaba en el ferrocarril de Cajamarca había conocido en Pacasmayo a un injeniero que después se casó con una señorita de acaudalada familia i que tenía mucho prestijio en Lima.
Tomaré el tren para Chimbote, se dijo, i de allí iré a casa de ese amigo, le diré que ando en busca de trabajo, porque en Chile todo anda mal; él me recomendará a Lima i entónces puedo perfectamente examinarlo todo.
Se embarcó en el Lontué, capitán Potts.
Como mientras mas pronto llegara a Lima seria mejor, en el camino de Valparaíso a Chilca se fue dibujando todos los puertos para que si algún espía peruano fuese a bordo del vapor lo denunciase.
Asi fué.
En Pisco un espía mandó el denuncio a Lima i en el acto se ordenó la estracción de Mr. Birkedal, la que se efectuó en Chilca.
Marchó a Lima seguido de un fiel bulldog que inspiraba tanto terror a los peruanos, que una vez dijo uno:
—Lo que es yo, no me allego.
—Estos perros son mas bravos que los chilenos...
Como no se encontró en poder de Mr. Birkedal ni papel ni objeto sospechoso, se le puso en libertad después de hacerle apurar hasta las heces los tormentos de la prisión en inmundo calabozo durante 17 dias, en que constantemonte llegaban a verlo hasta niñas decentes, que decian en alta voz:
—¿Cuándo, puis, fusilarán a este gringo espía?
Ya en libertad se le hicieron mui amigos dos personajes mui célebres, dos tipos característicos.
Uno se llamaba Antonio Carrasco, i era sárjento mayor del cuerpo de injenieros militares.
E1 otro se llamaba Adolfo Beck, noruego de nacionalidad, verdadero caballero de industria que en todos partes metía su cuchara, i que por esto de ser entrometido sabia mas que un cronista.
Ambos vivían de gorra, así es que apenas vieron a un individuo extranjero i que les convidaba comida, almuerzo, copas i plata para el bolsillo, no se le despegaban, i era de ver cono lo atendían con ciego servilismo.
Era lo que Mr. Birkedal necesitaba.
Diariamente salía con ellos en coche i lo llevaban a todas partes explicándoselo todo.
Mr. Birkedal se hacía el distraído, pero todo lo retenía en la memoria, sin escribir, empero, una sola linea. Es de advertir que su memoria es prodijiosa. Es también un escelente dibujante. Por eso lo único que tuvo cuidado de llevar consigo fué un plano de todos los fuertes de Lima, Callao, Chorrillos i demás obras de defensa de los alrededores. Todas los noches agregaba nuevos datos a este plano, hecho en tela trasparente i lo guardaba enseguida en el pecho estendido entre la camisa i la camiseta.
Lo mas curioso es que Carrasco i Beck eran dos espías que habían puesto a Mr. Birkedal, pero espías sin una blanca. Así es que por gozar del dinero de su víctima se convirtieron en sus mas adictos servidores
Verdad tambien que Carrasco era cándido i Beck tan refinadamente pillo, que Mr. Birkedal hacía cera i pabilo de ambos sin dejar nunca carta.
Mas claro, a Carrasco lo hizo leso i a Beck lo hizo hacerse leso. Creían que Mr. Birkedal era un verdadero santo.
También conoció a otros injenieros, a Montero, a Casós, etc., i asi rectificaba sus datos hasta quedar completamente seguro de que eran matemáticamente exactos.
Pudo, pues, saber donde estaban las minas, su número, la dotación de las fortalezas, número i calibre de los cañones, personal i efectivo del ejército, inconvenientes de los caminos, en fin, todo lo necesario para conocer las ventajas del ataque i la defensa.
Supo mas de lo que necesitaba i más de lo que se lo habia pedido.
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I bien: ¿cómo salir ahora de Lima?
I ya era necesario salir porque terminaba Octubre i la expedición chilena se aprestaba para ir a Lima.
Su buena estrella i su astucia le ayudaron.
Dijéronle que era preciso que tomara un puesto en las filas de los defensores, a lo que se negó terminantemente, diciendo que era neutral i que prefería abandonar el país.
Le dieron un plazo perentorio para que se trasladara a Chilca a esperar el vapor que pasaba para Panamá.
Así lo hizo, i después de muchas peripecias llegó a Chilca donde por £ 17 un italiano lo llevó a alta mar para esperar el vapor. En la chalupa, que tenia dos velas, iba además un cholo chorrillano.
Una vez en alta mar. Mr. Birkedal dijo al italiano que lo llevase a la escuadra americana fondeada en el Callao i que pagaría bien.
—Pero, señor, si por aquí anda cruzando el Angamos i puede tomarnos prisioneros.
— No hai cuidado, soi neutral i pago bien.
Al amanecer apareció el Angamos, que en el acto se fué sobre ellos a toda fuerza de máquina.
Mr. Birkedal puso en uno de los palos una camisa blanca en señal de parlamento.
Se acercó luego un bote, i entónces Mr Birkedal dijo al italiano
—Yo soi oficial del ejército chileno; pero no tenga Ud. el menor cuidado; mi Gobierno lo ocupará. Yo lE pagaré el valor de su chalupa.
El italiano no tenia mas que aceptar.
En cuanto al cholo, se puso a llorar la lágrima viva.
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Una vez al habla con el oficial chileno, Mr. Birkedal se dió a reconocer i fué llevado a bordo del Angamos, de donde pasó a conferenciar con el Almirante, que lo mandó a Arica en el Toltén.
En Arica entregó al señor Vergara los planos i datos recogidos, explicándole todo con prolija claridad.
El señor Ministro quedó mui satisfecho, i partió al Norte llevando tan preciosos datos.
El italiano fué de guia de nuestra escuadra i ha servido admirablemente con sus conocimientos.
Mr. Birkedal ha prestado un servicio mui grande a la Nación i ha dado repetidas pruebas de valor, sangre fría, astucia i actividad.
Mas tarde esperamos tener mas datos de Mr. Birkedal, que en Lima consiguió engañar a todos, incluso Piérola.
(Nuevo Ferrocarril)
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Saludos
Jonatan Saona
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