Escuadrón Carabineros de Yungay
Señor Jefe de Estado Mayor Jeneral:
Tengo el honor de poner en conocimiento de V.S. las operaciones practicadas por la fuerza de caballería puesta a mis órdenes por V. S. la noche del 30 próximo pasado, compuesta del escuadrón de mi mando i del Rejimiento de Cazadores a caballo.
Cumpliendo con sus instrucciones, salí de Pocoyai el 1° de Junio al amanecer con dirección al puerto de Arica con el objeto de reconocer las posiciones que ocupaba el enemigo; a las 9 P.M. de ese día llegué al puerto de Chacalluta, situado sobre el rio de Azufre; me ocupaba en hacer dar agua a la caballada, cuando una avanzada enemiga llegó a la ribera opuesta del río, que por la oscuridad de la noche no fué vista por nuestra descubierta; nos hizo varios disparos de rifle sin causarnos el menor daño, huyendo en seguida.
Me retiré de dicho punto, acampando a seis cuadras al Norte del río; al amanecer del día siguiente me dirijí nuevamente al río con el objeto de reconocerlo i dar agua a la caballada; se ocupaba en esta operación un escuadrón de Cazadores i el escuadrón de mi mando, descendía al río con el mismo objeto; de improviso fué sorprendido por dos barricadas que estallaron, una al pié de la barranca i en el medio del camino por donde desfilaba la tropa, i la otra en la orilla del río, ambas en medio de nuestra tropa, causando algunas
desgracias, pero no de mucha gravedad.
En el acto procedí a buscar el punto donde debía estar la batería eléctrica i sus autores. En estas pesquisas tomé un paisano, quien me indicó el punto donde estaba, como también quiénes eran los que habían hecho estallar la mina, los que fueron tomados poco después, resultando ser uno don Teodoro Elmore, injeniero militar, i un subteniente Ureta, ambos pertenecientes al ejército peruano; quise en el acto fusilarlos, pero habiéndome ellos declarado que eran los encargados de colocar minas i de destruir la línea férrea de Arica a Tacna, resolví dejarlos, para de ellos poder saber los puntos donde hubiesen barricadas, tanto en la línea como en la plaza i puerto de Arica.
En la aprehensión de estas dos personas resultó herido de bala el subteniente Ureta. Es de mi deber recomendar a V. S. al sarjento 1° de Cazadores a caballo, don Gregorio Ríos, que fué quien dio con ellos i los aprehendió.
En el mismo camino en que estallaron las dos minas se encontraron seis mas, las que por suerte nuestra no estallaron, éstas se componían de un cajón de dinamita cada una.
El resto del día i los subsiguientes a la toma de Arica, se ocupó esta fuerza en practicar los reconocimientos indispensables para la toma de la plaza.
La colocación que tomó la caballería el día del ataque i toma de la plaza de Arica, fué marchar a retaguardia en protección de la infantería i cerrar todos los pasos o caminos por donde el enemigo podía tomar la fuga, operación que dio por resultado no permitir se escapase ninguno de los defensores de la plaza, pues muchos de ellos fueron tomados prisioneros.
Acompaño a V.S. una relación de los soldados que resultaron heridos i contusos, tanto en la esplosión de las minas, como en la toma de la plaza.
Dios guarde a V. S.
RAFAEL VARGAS.
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Saludos
Jonatan Saona
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