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12 de abril de 2014

Carta de Villarreal

José María Villarreal Calderón
Carta de José M. Villarreal sobre Chipana

Iquique, Abril 14 de 1879. 

Querido Daniel:
—Antes de ayer en la noche fondeamos en este puerto con procedencia de Antofagasta. En nuestro trayecto i frente a la desembocadura del río Loa avistamos dos buques que en los primeros momentos los confundimos con la Esmeralda i una de las corbetas. A poco andar reconocimos a la Unión i Pilcomayo que nos pusieron la proa cuando estuvimos frente a ellos. 

Inmediatamente tocamos a zafarrancho, i listo todo esperamos el combate. Los buques peruanos tomaron direcciones para tomarnos entre dos fuegos: la Unión por estribor i la Pilcomayo por babor. Momentos después de esta maniobra, la Unión izó su bandera, afirmándola con un cañonazo. Luego como no nos pudiera dar alcance, la Pilcomayo nos presenta el costado de estribor i dio principio a los disparos. 

Nosotros no hicimos el menor juicio a los tiros de la Pilcomayo, i solo presentamos nuestros cañones a la Unión, que gracias su mucho andar, iba a la par con la Magallanes. 

Inútiles decirte que nos hemos batido desesperadamente, pues eran dos buques mui superiores contra uno, i en los primeros momentos todos creímos ser vencidos irremisiblemente. Tan lo creyó así el comandante, que mandó amarrar de firme la bandera, alistar el buque para echarlo a pique i rompió todos los papeles por los cuales hubieran podido saber algo los peruanos. El combate duró como una hora larga, i era de ver como cada tiro que era bien dado, era saludado con vivas por toda la tripulación. El miedo nadie lo conocía, i era tal el entusiasmo, que individuos que estaban en cama casi sin moverse, corrían a tomar sus puestos en el combate.

Nosotros perdimos la lancha a vapor, que tuvimos que echarla al agua por incomodar al cañón de a 115 libras; i también era inútil conservarla en los pescantes, pues con los disparos del mismo cañón habría sido despedazada. 

Por la popa sacamos un balazo de la Pilcomayo, que puede decirse un astillazo, pues no pasó al otro lado. La Unión debe haber sacado averías de consideración, pues se le vio escapar mucho vapor i virando abandonarnos para unirse con la Pilcomayo, que la dejamos por la popa. Sin embargo, ésta siguió haciéndonos fuego i la Unión calló sus cañones. 

La Magallanes continuó su rumbo en medio de los vivas del comandante, oficiales i tripulación. 
Los peruanos si no nos tomaron fué de tontos i de cobardes. 

En la noche fondeamos en Iquique. 
Dispensa te acabe mi carta con lápiz, pues te escribo desde un bote. 

Tuyo. 
J. M. Villarreal C.


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Saludos
Jonatan Saona

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