(Texto tomado del tomo I página 158 de la "Recopilación de Documentos..." de Pascual Ahumada y Moreno)
Un numeroso jentío llenaba la entrada del Palacio i la sala de Gobierno.
A la una, de la tarde, S. E. ocupó en dicha sala el dosel presidencial i momentos después, el señor Lavalle i acompañantes fueron conducidos por el oficial mayor del Ministerio de Relaciones Esteriores i el coronal Amengual, a la presencia de S. E.
El señor Lavalle tiene una buena figura i pronunció con una voz clara i agradable un discurso de introducción.
No así S.E., quien sea por emoción o por otra causa cuyo significado se nos escapa, habló tan bajo, que apenas el Ministro alcanzaba a oirle.
Terminados los discursos, que mas abajo reproducimos, el Plenipotenciario entregó sus credenciales e hizo la presentación oficial del secretario de la legación, señor Casos, i de un attaché, hijo del mismo señor Ministro.
Terminada la ceremonia, i cuando el señor Lavalle se retiraba de palacio en el coche de Gobierno, acompañado del coronel Amengual i del oficial mayor señor Gana, dos o tres de los concurrentes gritaron ¡viva Chile! esclamación que no tuvo eco ni debió ser percibida por la comitiva.
Hé aquí los discursos a que hacemos alusión:
Discurso del señor Lavalle.
Excelentísimo señor:
Es ya una antigua política en el Gobierno del Perú i de ello dan testimonio los anales de la diplomacia continental, propender a la conservación de la paz i el desarrollo de las relaciones entre los pueblos hispano-americanos, por tantos vínculos ligados i en los que por felicidad no existen inconciliables intereses.
Abundando el de S. E. el jeneral Prado en estas elevadas miras, se ha dignado acreditarme por la carta credencial que tenga el honor de poner en manos de V. E. como
Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú, cerca del Gobierno de Chile, con el objeto de procurar remover todo obstáculo que pueda oponerse al restablecimiento de la buena armonía entre Chile i Bolivia, naciones ambas amigas del Perú, i a la reanudación de sus relaciones hoi desgraciadamente interrumpidas.
Misión ninguna pudiera serme mas grata, mui feliz me estimaré si en su desempeño logro satisfacer las jenerosas aspiraciones de mi Gobierno i merecer la alta benevolencia de V. E.
Contestación del Presidente de la República
Vuestra presencia en el pais i las palabras que acabo de escucharos, son un testimonio bien significativo del interés i solicitud con que vuestro Gobierno contempla el estado actual de las relaciones entre Bolivia i Chile, naciones ambas amigas del Perú.
Me halaga la confianza de que en el curso de vuestra misión llegareis a persuadiros de que Chile amante de la paz i de la armonía internacional hizo oportunamente en obsequio de ellas cuanto podia exijir de su dignidad i de sus sentimientos americanos.
Sensible mi Gobierno a los elevados móviles que han aconsejado vuestra misión, podéis, señor Ministro, estar seguro de hallar en él la franca i cordial acojida que se os debe, por la representación que traéis de un pueblo hermano i por vuestros propios merecimientos.
Aceptad, señor Ministro, mi bienvenida i la espresion de mis deseos de que vuestra permanencia en nuestro pais os sea grata.
Terminados los discursos, el señor Lavalle presentó a su secretario señor Casos, i al teniente de ejército señor Lavalle, hijo del señor Ministro; i luego todos se retiraron a la sala de despacho del Ministerio de Relaciones Esteriores, donde después de una corta conferencia se separaron, siendo otra vez el señor Lavalle i su secretario acompañados por el señor Gana i coronel Amengual.
Credenciales.
Las credenciales del señor Lavalle son las siguientes:
Mariano Ignacio Prado, Presidente de la República del Perú, a S. E. el Presidente de la República de Chile.
Señor:
Siendo mi mas constante i vehemente deseo, la conservación de la armonía i de la tranquilidad en América, i animado del sincero propósito de que se restablezcan sobre bases sólidas las buenas relaciones entre Chile i Bolivia, desgraciadamente alteradas hoi de un modo que puede ocasionar graves perjuicios a los intereses sud-americanos, he creído conveniente encomendar esa misión a una persona que goza de mi confianza. i con tal motivo me es grato informar a V. E. que he nombrado Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial ante el Gobierno de V. E. a don José Antonio de Lavalle, senador de la República i su ex-Ministro en Rusia i Alemania.
El conocimiento particular que tengo de las cualidades que distinguen a don José Antonio Lavalle i de su celo por el servicio, no me dejan la menor duda respecto del modo como desempeñará las altas funciones que se le han confiado.
Deseo que la persona de este Ministro sea grata a V. E. i que le honre con su benévola acojida, dándole entera fe i crédito a cuanto dijere en nombre del Perú i mui especialmente cuando hable a V. E. de mi anhelo por conservar las buenas i amistosas relaciones i cordial intelijencia con esa República, por cuya prosperidad i la de V. E. haga los votos mas sinceros.
Dígnese V. E. admitir la espresion de mi mas alta consideración.
Dada, firmada, sallada i refrendada por el Ministro de Estado en el departamento de Relaciones Esteriores, en la casa de Gobieno en Lima, a los veinte dias del mes de Febrero del año de mil ochocientos setenta i nueve.
(Firmado)—MARIANO I. PRADO.
El Ministro de Relaciones Esteriores.
(Firmado.)—MANUEL IRIGOYEN.
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Saludos
Jonatan Saona
Cuando Lavalle se presentaba ante el gobierno de Chile a ofrecer mediación entre Bolivia y Chile, ya se habían confabulado en un tratado secreto contra Chile, del cual recibió copia al salir de Perú, pero ignoraba que Chile ya sabía de su existencia, porque se enteró por aviso de Brasil y Argentina, países a los que también habian pretendido incluir contra Chile, lo cual les falló.
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