Callao, Mayo 25 de 1880.
Señor Comandante en Jefe:
Recibida la orden de V. S. para atacar una lancha peruana que desde el fondeadero se divisaba en las inmediaciones del dique, a las 5 P. M., goberné en su demanda en convoy con la Guacolda. Tan pronto como el enemigo se apercibió de nuestra proximidad, huyó en dirección de la dársena; y como viera que era imposible alcanzarla, después de contestar con dos tiros de cañón su nutrido fuego de fusilería y ametralladoras sin resultado por la distancia, me replegué hacia la escuadra en compañía con la Guacolda, sin contestar el fuego que se nos hacia tanto de tierra como de los buques y lanchas enemigas. Con los tiros hechos por la Janequeo, cedió el pinsote del cañón que montaba.
Durante la noche, por orden superior, la Janequeo se mantuvo andando alrededor de los buques al ancla. A la 1:30 A. M. de hoy, se divisó por la proa del Huáscar, que se encontraba hacia la medianía de la bahía dos bultos al parecer de lanchas enemigas, y a la Guacolda que a toda máquina se dirigía a reconocerlas, haciendo al mismo tiempo señal de reunión a la Janequeo. Di orden de apurar los fuegos y goberné a todo vapor en la misma dirección hasta ponernos al habla con la Guacolda, nos dirigimos en convoy hacia el Sur del dique para cortar la retirada al enemigo, cuyos humos eran perfectamente visibles y cuyos cascos, en número de tres, dos al Norte del dique y uno cerca de la playa, pudimos pronto ver. Aprovechando el mayor andar de la Janequeo, me adelanté un poco a la Guacolda, dirigiéndome a atacar las dos lanchas enemigas que se encontraban juntas, las que huyeron inmediatamente, rompiendo sobre nosotros un vivo fuego de cañón, fusil y ametralladora, que fue contestado con rifle desde la Janequeo.
La lancha enemiga Independencia fue la primera que alcanzamos, colocándonos a sus costados de babor, como a tres metros de distancia, reventándole nuestro torpedo de costado de estribor bajo su popa. Simultáneamente, con la explosión de este torpedo, tuvo lugar otra sobre el salón de los fuegos, a estribor de la Janequeo, cuyas consecuencias fueron fatales para la lancha. Al abordar al enemigo pudo notarse en su popa un hombre que sostenía en sus manos un objeto de medianas proporciones, lanzándolo luego sobre la Janequeo. De resulta de esta explosión murieron los dos fogoneros que se encontraban en el salón de los fuegos y éste se vio inmediatamente inundado, pasando pronto el agua a los demás departamentos. Como aun funcionaba la máquina, pude dirigirme hacia unas lanchas que se encontraban fondeadas cerca, a cuyo costado se ha ido a pique la Janequeo cinco minutos después. Los tripulantes sobrevivientes fueron trasladados a una de las lanchas, dirigiéndose en ella a la chata Callao, donde tomaron dos botes pequeños para reunirse a la escuadra. Mientras tanto la Guacolda, después de recoger los náufragos de la Independencia, se batía en retirada contra dos lanchas peruanas, razón por la cual no solicité su auxilio.
Según versión de algunos de los prisioneros, se lanzó efectivamente sobre la Janequeo un torpedo de 100 libras. Según otros, la explosión del torpedo de la Janequeo determinó la de la santabárbara de la Independencia. En uno u otro caso tenemos que lamentar los resultados.
Acompaño a V. S. una relación nominal de la tripulación de la Janequeo con expresión de los muertos y heridos habidos.
Réstame solo, señor comandante en jefe, manifestar a V. S. el excelente comportamiento de los tripulantes del bote torpedo, tanto durante el combate, como durante el naufragio, especialmente el del cirujano 2º don Francisco Oyarzún, cuya accidental presencia en la lancha, fue de gran utilidad.
A última hora, por declaración del comandante de la lancha peruana, se ha sabido que lo que ocasionó la sensible pérdida de la Janequeo, fue un torpedo de mano lanzado de la Independencia, como muchos habían creído.
Dios guarde a V. S.
MANUEL SEÑORET.
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Relación de la tripulación de la lancha porta torpedo “Janequeo”.
Comandante, teniente 1º don Manuel Señoret, herido leve.
Aspirante, don Oscar Señoret.
Cirujano 2º; don Francisco J. Oyarzún.
Ingeniero 1º, don Santiago Wright.
Mecánicos: don Juan de la C. Márquez y don Cleto Ríos.
Fogoneros 1º: Manuel Pérez, muerto, y Francisco Peña.
Id. 2º, Agustín Canales, muerto.
Timonel, Manuel González.
Capitán de altos, Manuel Henríquez.
Marinero 1º, Joaquín Ponce.
Grumete, Guillermo Molina.
Soldados: Pastor Reyes, Rafael Navarro y Domingo Suárez, herido de gravedad en la cabeza y el pecho.
MANUEL SEÑORET.
Callao, Marzo 25 de 1880.
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Saludos
Jonatan Saona
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