13 de agosto de 2019

Justo Arias

José Justo Arias y Aragüez
Crl. D. José Justo Arias y Aragüez.

Este notable Jefe nació en Tacna, hijo legítimo del Coronel D. José Remigio de Arias, prócer de la Independencia, y de la señora doña Francisca de Paula Aragüez, hija de una de las más notables familias del Cuzco.  En Tacna recibió esmerada educación en el Instituto, que regenteaba el Dr. D. Sebastián Sore, ilustrado y dignísimo sacerdote español, quien, años después, falleció de Cura propio de la Doctrina de Tacna.  Esta ciudad le debe al Dr. Sore imperecederos recuerdos de gratitud por  sus importantes esfuerzos para educar  la juventud de Tacna; y como fundador de su Hospital único que aún subsiste allí. 

Derrotado nuestro ejército en la desastrosa batalla de Ingavi; inva­dida Tacna por las tropas victoriosas del General Ballivian, la juven­tud de Tacna se vió perseguida y obligada á emigrar á los valles libres de las tropas  invasoras.  En el valle de Locumba el entonces Coronel Manuel de Mendiburu organizaba algunas fuerzas: varios jóvenes tacneños, entre ellos D. José Justo Arias y su hermano D. Julián, el mismo que en  Enero de 1881 falleció heroicamente en los campos de Miraflores, se le  unieron, y se les dió de alta en el batallón Legión Peruana, después á órdenes del Co­ronel Salgado.

Celebrada la paz de Acora en 1842, quedaron los Arias en Tacna. El 22 de Setiembre de 1842 Justo asistió á la batalla de Intiorco, li­brada por el General Ramón Casti­lla contra las fuerzas que á órdenes del General La-Fuente trataban de posesionarse de Tacna.

Establecida la Administración Vidal, los Arias  quedaron en Tacna hasta que en Mayo de 1843 el General Castilla proclamó el sistema Constitucional en Tacna.  Los Arias fueron llamados al servicio en el acto: á D. Julián lo nombró Casti­lla su Edecán.

Los Arias asistieron á la batalla de Pachia en Agosto de 1843, y á la de San Antonio en Octubre del mismo año, á órdenes del General Castilla, á quienes  acompañaron en toda la campaña Constitucional, hasta el triunfo final en el Carmen Alto en 1844.

Posteriormente siguieron sirvien­do á la Nación con aquella lealtad y valor de que siempre han dado elocuentes  pruebas los oficiales hi­jos de Tacna.

En 1855 ambos quedaron separa­dos del ejército á consecuencia de la derrota que sufrieron en la Palma el Gobierno Constitucional del General Echenique.

En 1860 los Arias volvieron al servicio de la Nación, y siguieron sir­viendo hasta la caída del  Gobierno Constitucional  del  General Pezet. La guerra con España los hizo volver al servicio nacional.

Cuando estalló la guerra con Chi­le ambos hermanos, á pesar de ha­llarse casados y con familia, se hallaban enrolados en las filas de los leales y denodados defensores de la Patria: eran hijos de Tacna; y su deber los llevaba á la muerte.

Julián Arias pereció en Miraflores el 15 de Enero de 1880.  Su viuda, murió en la mayor desgracia.

Su hermano mayor José Justo ya había sucumbido. En Tacna toda la juventud se alistó en los cuerpos organizados para la  defensa nacio­nal: D. José Justo fué nombrado Coronel del batallón Granaderos de Tarma (1),  formado de los artesanos patriotas de esa ciudad.  Con su cuerpo marchó á Arica,  y se le des­tinó de guarnición del Morro de Arica.  El batallón Granaderos debía cumplir con el sagrado deber de no permitir se hollase el terreno del Morro por fuerzas extrangeras, si­ no pasando sobre  sus  cadáveres: cumplieron heroicamente su jura­mento.  De los jefes, oficiales y sol­dados de ese  cuerpo ni uno solo sobrevivió: ni dieron ni recibieron cuartel.  El heroico, el noble, el dig­nísimo Coronel Bolognesi había jurado quemar su último cartucho —eso se hizo por los heroicos defensores del Morro— cuando no quedaban cartuchos los mutilados restos atacaban en todas direcciones á la bayoneta— todos, todos sucumbie­ron.

De una sola familia murieron ese día, y en ese combate ocho perso­nas.  Honor, y gloria á su memoria.

El cadáver del  Coronel José Jus­to Arias, fué recogido con siete ba­lazos en el cuerpo y dos heridas de  bayoneta.  Su casaca militar existe como notable trofeo en el museo de Santiago de Chile. Los jefes, los soldados chilenos se llenaron de asombro al contemplar los inani­mados restos de tan valeroso Jefe.

La viuda del Coronel José Justo Arias, su único hijo nacido en tan luctuosos momentos, han venido á Lima á implorar la beneficencia na­cional para el sustento de la madre —para la educación del hijo del héroe tacneño.

Μ. B.
Lima, Julio 3 de 1890.

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(1) Granaderos de Tacna


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 167, Lima, 19 de julio de 1890.

Saludos
Jonatan Saona

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