13 de mayo de 2019

Arturo Morales

Arturo Morales Toledo
Arturo Morales Toledo
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 17 de agosto de 1889)

Engalanamos este número con el retrato del señor Coronel D. Arturo Morales Toledo, actual Prefecto de Lima y uno de los primeros que favorecieron á “El Perú llustrado” con el valioso contingente de su colaboración.

D. Arturo Morales Toledo, á quien las atenciones de la vida pública, tienen hoy algo apartado de la Literatura, cultiva con éxito brillante la prosa y el verso. Es, también, periodista de fuste. Todo esto, pues, le da derecho sobrado para ocupar el lugar que hoy le cedemos en nuestra galería, complaciéndonos en suma que uno de nuestros colegas, uno de los que como nosotros forman en las filas de la nueva generación, haya logrado en edad, relativamente temprana, merecer de los conductores de la Nación, tan alta prueba de confianza como la que él ha recibido al encomendársele la administración política del primer Departamento de la República.

El Coronel Arturo Morales Toledo

Nacido en 1851, en esta Capital, de padres respetables por antecedentes de familia y méritos propios, el Coronel Morales Toledo, pertenece á la nueva generación, que no habiendo alcanzado los días de la orgía y del derroche, conserva la fé en los destinos de la Patria, y se esfuerza llena le entusiasmo, por preparar el advenimiento de la prosperidad de la República.

La educación distinguida que recibió en el hogar fué abrillantada por la instrucción que adquirió en nuestros primeros plantees de enseñanza superior y facultativa, habiéndose dedicado especialmente, por una secreta intuición de su porvenir, á los estudios literarios, históricos y políticos, en os cuales adquirió muy pronto buena nombradía.

Así, en 1871, cuando apenas contaba 20 años, concluido su aprendizaje en el claustro, hizo sus primeros ensayos en el periodismo, distinguiéndose, desde luego, por la fluidez de su estilo, la galanura de su Frase, y el sprit chispeante de su pluma.

Las colecciones de “El Pueblo”, “El Diario de Avisos” y “La Capital”, están llenas de artículos de distintos géneros en que lució la ductilidad de su ingénio; pues ni paso que el corte de los editoriales acusaba una ilustración y un juicio práctico propios de la edad provecta, el suelto de gacetilla, y el articulo humorístico estaban Adornados de esa gracia, ligereza é intención que tanto nos recordaban la chispa peninsular y que tan escasas son entre nosotros.

La entrada del Coronel Morales Toledo á la prensa fué de pleno combate; pues se mantuvo en las filas de la oposición con indomable firmeza desde 1872 á 1879.

Cuando en 1877 redactaba “El Correo del Perú” con algunos otros literatos y poetas de la época, se convocó un concurso literario en el Callao y tomó parte en él, escribiendo al intento la célebre oda al «2 de Mayo», á cuyo pié no se desdeñarían de estampar su firma los mas renombrados poetas españoles. El Jurado le otorgó la medalla de oro y el diploma de honor del certámen, y el Parnaso nacional quedó enriquecido con ese canto soberbio destinado á perpetuar las glorias de aquella jornada inmortal.

A consecuencia de la actitud del señor Morales Toledo en el diario “La Capital" el Gobierno Prado, lo encerró en Casamatas como preso político, y permaneció allí desde Noviembre de 1878 hasta Abril de 1879, en que con motivo de la declaratoria de guerra internacional, fué puesto en libertad.

Aquí principia el periodo más interesante de su vida. El joven acaba, el hombre comienza, y con su participación decidida en la defensa de la patria, se abren para él las puertas anchurosas del porvenir.

Organización vigorosa, activa, excepcionalmente dotada para la lucha; espíritu templado, instruido, fuerte y ávido de glorias, tenía cuanto era necesario para sobresalir en el vivac y en el campo de batalla; y así sucedió.

Su primer paso fué organizar la columna de voluntarios “Cazadores de Salaverry” en la que figuró como uno de sus jefes.

Poco después fué nombrado en la clase de Teniente Coronel, Comandante militar del Barranco y Surco, donde inmediatamente formó una columna de francotiradores.

Instaurada la Dictadura Piérola, se le ascendió á Coronel, en cuya clase asistió á las desastrosas jornadas de San Juan, Chorrillos y Miraflores que abrieron á las armas chilenas las puertas de Lima.

Su patriótico carácter no podía resignarse á la ocupación, por lo que sin pérdida de tiempo dirijióse al teatro de la resistencia, á ofrecer de nuevo á la patria el contingente de su valor, de sus conocimientos de su sangre y de su vida, si era preciso.

Entre tanto estudiada sin descanso las ordenanzas y la táctica hasta familiarizarse con ellas, como en no lejanos días había llegado á posesionarse de la literatura europea.

Interesante y numerosa es la serie de los servicios que prestó desde 1881 hasta el 2 de Diciembre de 1885, en que entró victorioso á esta capital.

Tan luego como llegó á Ayacucho fundó el periódico “La Causa Nacional” y concurrió á la asamblea como Diputado por la provincia de Lima.

Habiendo dimitido, poco después, el señor Piérola la investidura de Jefe Supremo marchó inmediatamente el Coronel Morales Toledo al campamento del General Cáceres y unidos desde entonces, por lazos de verdadero afecto y reciproca simpatía, no se ha separado de él.

El 5 de Febrero de 1882 combatió en la plaza de Pucará con la 4.a compañía del “Zepita,” contra tres compañías del 2° de linea chileno, mientras el grueso del ejército se retiraba á Marcavalle. El General elojió su valeroso comportamiento, y el hasta entonces ciudadano armado, recibió en recompensa de sus méritos la clase de Teniente Coronel de infantería de ejército.

Algunos días después, mandó la derecha en la batalla de Acuchimay en unión del Coronel don Manuel Cáceres. Venció, y su valor mereció una recomendación en el parte y un ascenso á Coronel graduado. Esta jornada unificó la República bajo el Gobierno provisorio del doctor García Calderón.

Los invasores entre tanto, sabían que el objetivo de sus operaciones debía ser el centro del país.

Organizóse, pues, la expedición chilena contra las diminutas fuerzas del centro, y ella produjo el celebre asalto de Marcaballe que difundiendo el pánico en la división Cantó, la obligó á una veloz retirada hasta Lima con notables pérdidas en su material y personal.

El Coronel Morales Toledo estuvo las filas de los asaltantes, como Sub-Jefe de Estado Mayor General y la serenidad y bravura con que se condujo durante las horas del peligro, le merecieron un honrosísimo parte del Jefe del Estado Mayor General, el veterano Coronel don Manuel Tafur.

Libre de enemigos la zona central, cooperó eficazmente á la organización del valeroso, instruido y disciplinado ejército que, después de una retirada verdaderamente histórica, peleó y sucumbió heroicamente en Huamachuco el 10 de Julio de 1883.

Entre tanto el Gobierno de Arequipa había convocado un Congreso que señalara el rumbo que debía seguir el país, en orden á la guerra internacional...

El Coronel Morales Toledo fué elegido Diputado por la provincia de Canta, con cuyo motivo y por indicación del General se dirijió á cumplir sus deberes de representante del pueblo; pero llevaba además la misión especial de conseguir que el Gobierno enviara materiales bélicos al ejército á que pertenecía.

Planteada resueltamente en el Congreso la cuestión internacional, pronunció acerca de ella, un notable discurso, en que la elocuencia se puso al servicio del patriotismo sincero.

La independencia de su carácter, le produjo no pocas amarguras. Terminado el Congreso volvió á unirse á su antiguo Jefe, que para él representaba el principio de la resistencia contra la usurpación.

La división Urriola expedicionaba á la sazón sobre el ejército del centro, y se le encomendó la Jefatura de Estado Mayor General cargo que dejó algún tiempo después, en virtud de un honroso decreto que le llamaba á desempeñar la secretaría del Jefe Superior.

Cuando el turbión de los acontecimientos del 83 hizo vacilar los ánimos de los que servían en esa causa Morales Toledo fué uno de los pocos que contrarió las insinuaciones que desde esta capital se dirijían al General, para que abandonase las armas y se resignase á la situación. 

Iniciadas las nuevas operaciones bélicas, impidió, con diez hombres el saqueo que 2000 guerrilleros pretendieron tomar en Huancayo. Este acto le valió dos años mas tarde la representación de provincia en el Congreso constitucional.

El 27 de Agosto de 1884 estuvo en Lima al lado del General Cáceres, como secretario general y malogrado el éxito de ese ataque, se retiró con él hasta Αrequipa, donde continuó prestando importantes servicios en los diversos cargos que le confiaron.

Por fin, cuando el movimiento de Huaripampa, tocóle al Coronel Morales Toledo iniciar el combate decisivo —El parte del Jefe de E. M. es altamente honroso para él.

Instauradas las Juntas preparatorias del Primer Congreso Constitucional, se encontró con la honra de ser Representante de las provincias de Canta y Huancayo, y designado para presidir la Comisión de Poderes supo hacer predominar los principios de la justicia y la ley, á despecho de otros ordenes de intereses.

Asistió á las Legislaturas de 86 y 87, en que propuesto por el Jefe del Estado para la alta clase de Coronel efectivo, el Congreso se la otorgó en recompensa de sus sobresalientes méritos, esfuerzos y servicios.

Desde entonces vacó su representación y continuó dedicado únicamente al servicio de la Secretaría de S. E. el Presidente de la República.

Ha figurado como candidato en diversas combinaciones para la cartera de Guerra, y organizado el Gabinete Solar, se le ha llamado á servir la Prefectura de Lima, puesto que desempeña con notable asiduidad, competencia y honradez, poniendo así de relieve la flexibilidad de sus altas dotes, que así lo hacen apto pava la severidad disciplinaria de cuartel, como para la labor del funcionario político, que ejerce su cargo en la primera ciudad del país.

Pero el mejor florón de la corona cívica del señor Morales Toledo, lo que constituye su mas hermosa recompensa, es la siguiente carta—

Noviembre, 27 de 1887.
Mi querido amigo:

Con la mayor satisfacción he visto que el Congreso defiriendo á la propuesta del Gobierno y en atención á sus importantes servicios y á los méritos contraídos por E. durante la guerra nacional, ha tenido á bien conferirle la clase de Coronel de infantería de ejército.

Yo que conozco los importantes servicios prestados por U. al país, he tenido el mayor placer al firmar por segunda vez el despacho de la clase que ya había U. obtenido por su brillante comportamiento en los distintos combates habidos, durante la campaña del centro contra el enemigo común.

Conocedor de sus sentimientos patrióticos, y como prueba de mi cariño, le envío esa espada con que hasta ahora he defendido los sagrados derechos de la patria para que haga uso de ella con el mismo patriotismo y abnegación, con que hasta aquí viene, defendiendo el honor y las instituciones patrias.

Acepte pues, ese obsequio como muestra de sincero cariño de su afectísimo amigo y S.S
—A. A. Cáceres.

Fácil es comprender que el militar que a otro obsequia su espada, considera digno de llevarla á aquel que la recibe; y cuando ese militar es el General Cáceres, indudablemente abriga la persuasión del alto merecimiento que reúne su antiguo camarada de vivac y de campaña.

No ha terminado aún su carrera el Coronel Morales Toledo. —Bastante joven es para que no aguarde las evoluciones rápidas del porvenir, en el cual es seguro que le esperan grandes conquistas y merecidos triunfos—pues que, como lo dijo él mismo en sus espléndidos fragmentos sobre el combate de Huamachuco, que publicamos en Julio de 1887, es fuerza que los peruanos todos, unidos—
«Y en medio de los restos calcinados 
«Que la borrasca amontonó, espantosa, 
«Levantemos la enseña victoriosa 
«Del trabajo fecundo,
«Y á su sagrada sombra trastornados 
«Los hijos del Perú, con noble ejemplo, 
«Reconstruyamos á la faz del mundo 
«De nuestra patria el magestuoso templo!

Ojalá que su salud, trabajada por sus esfuerzos constantes se restaure pronto, y que lleno de vida pueda conságrame con el poderoso contingente de sus fuerzas, al servicio de este país que tanto ha menester de ciudadanos que reúnen la ilustración del hombre de ciencia á la bizarría del soldado veterano, y la fé de una alma juvenil al patriotismo de un corazón fundido en molde espartano.

Tales son los votos que hacemos por nuestro amigo en el día de su cumpleaños.


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 119, Lima, 17 de agosto de 1889.

Saludos
Jonatan Saona

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