28 de marzo de 2019

Miguel Bravo

Miguel Bravo
Don Miguel Bravo
Subteniente

He aquí el nombre de otro de aquellos bravos cuartinos que como los terceranos del 3.° han creado por su arrojo temerario, verdaderas leyendas entre las tropas de Chile.

Hijo de Talca, donde su abuelo don Manuel Bravo había sido subdelegado en tiempo de la independencia, i su padre don Agustín Bravo, jefe del estanco, mostró el joven Miguel Bravo, que era de suyo enérjico, afición innata a la carrera de las armas; de suerte que apenas brillaron las bayonetas en las plazas, alistóse de sarjento en el batallón Esmeralda, que el coronel Amengual disciplinaba en Santiago.

Antes, el sarjento Bravo que, a la sazón tenía apenas 21 años, había ayudado a su padre en la administración del Casino del Portal, de que fuera propietario, u ocupádose de otros pequeños negocios de comercio al alcance más de su actividad que de su caudal.

Ascendido a subteniente, peleó con denodada bravura en la batalla del Campo de la Alianza; pero agraviado por una injusticia de ascenso, pidió su pase al 4.° de línea, i bajo su bandera volvió a pelear con señalado denuedo en Chorrillos, donde aquel rejimiento de vanguardia perdió 14 oficiales i 310 soldados.

Derribado en una loma, ordenó a su asistente, (como el capitán Ibáñez que en su vecindad era inmolado) continuase peleando, i forzando a dos chinos a acercárseles haciéndoles la puntería les obligó a poner dos rifles en cruz, i cojiendo otro en la mano, a manera de brida o látigo de intimidación, les ordenó lo llevaran a la ambulancia, haciéndoles alternativamente el punto para obligarlos a marchar por entre un aguacero de balas.

Devuelto a su patria i mostrando hasta su último suspiro indomables bríos, el subteniente bravo falleció en Santiago, como verdadero bravo, el 24 de febrero de 1881, dedicándole sus amigos tiernos recuerdos en la prensa (1).

(1) Don Federico 2.° Los Tiempos del 27 de febrero de 1881.


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Texto e imagen tomado de "El Álbum de la gloria de Chile", Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna

Saludos
Jonatan Saona

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