25 de marzo de 2019

Blas Almarza

Blas Almarza
Blas Almarza
Subteniente

I.
Fueron los dos hermanos Blas i Víctor Almarza dos tiernos mancebos que nacieron a orillas del Ñuble para ir a morir en las del Rímac, combatiendo por el honor de su suelo; i de ellos, en el corto intervalo de sus días, entre el regazo cariñoso de su madre i la bala aleve que les mató en campo de carnicería, no han quedado sinó estas tres cosas, más durables que la frájil existencia: sus nombres, su juventud i su ascendencia.

II.
Eran, en efecto, los dos hermanos Almarza hijos, nietos i bisnietos de gloriosos soldados que antes que ellos se sacrificaron por su patria...

IV.
En cuanto a los dos hermanos del último Agustín, menos felices que él, Blas había vivido sólo veintidós años, cuando cayeron como buenos, es decir, como Almarzas, en las filas de su rejimiento en el histórico pico volcánico que lleva el nombre de Morro Solar, tal vez por que su cima se aproxima al sol...

Ambos habían sido educados en el liceo provincial de su ciudad natal.

V.
Empeñados en concurrir a las últimas batallas de la final campaña, obtuvieron uno i otro de su tío político, el entonces coronel i hoi jeneral don José Domingo Amunátegui, que les incorporase a última hora como oficiales de línea en su famoso rejimiento (el 4.° de línea), i en él, al pie de su bandera, cayeron ambos para venir a morir en Valparaíso, donde, juntos sus lechos como dos sepulcros, exhalaron el último suspiro, alentándose el uno al otro con la conciencia del deber que se cumple muriendo. Allí viólos el que ésto escribe, enrojecidos sus infantiles rostros por la doble fiebre de la sangre i del patriotismo; i si hubiera llevado consigo a su hijo único habríalo hecho arrodillarse delante de aquel altar del denuedo infortunado, pero que conforta i enseña a los que en pos desfilan.

Algunos han dicho, sin embargo, i casi como un reproche, que el coronel Amunátegui llevó a aquellos dos niños a la muerte.

¡Error!
¡Donde los llevó fué a la inmortalidad!


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Texto e imagen tomado de "El Álbum de la gloria de Chile", Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna

Saludos
Jonatan Saona

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