11 de abril de 2012

Carlos Mariátegui

Carlos Mariátegui
Carlos Mariátegui
El patriotismo de un peruano

Burdeos es una apacible ciudad francesa ubicada en el suroeste de este país, Francia se estaba apenas recuperando de la Guerra Franco-Prusiana cuando por Decreto Supremo de la República del Perú de fecha 25 de Febrero de 1874, es nombrado Cónsul en Burdeos el Capitán de Navío Benjamín Mariátegui y Palacio, cargo que ocuparía hasta Mayo de 1882.

Don Benjamín había casado con María Mercedes Mendiburu y Haro en 1852, el matrimonio tuvo cinco hijos, siendo el primogénito Carlos Eugenio Mariátegui y Mendiburu.

Ambos eran miembros de aristocráticas familias limeñas, Benjamín tenía como padre a Francisco Javier Mariátegui y Tellería, abogado, Prócer de la Independencia del Perú, Fiscal y Vocal Supremo, Primer Ministro del Presidente Pedro Diez Canseco; por su parte, doña Mercedes era hija del Coronel del Ejército Juan Crisóstomo de Mendiburu y Salazar y nieta del Gobernador de Guayaquil Juan Manuel de Mendiburu y Medrano, quien descendía de los linajudos Condes del Portillo.
Siguiendo los pasos de su tío carnal el Almirante Ignacio Mariátegui, Benjamín ingresa a la Marina de Guerra del Perú, brillante carrera que se vio obligado a interrumpir al ser nombrado Cónsul por el Perú.

La familia Mariátegui Mendiburu deja Lima y se dirige a Burdeos con sus cinco menores hijos, quienes recibirían una esmerada educación en tierras francesas.

Pasaron los años, llegaba 1879 con intranquilos presagios para el Perú, se veía venir la declaración de guerra de Chile a nuestro país. Carlos Mariátegui Mendiburu, contando 19 años de edad, decide inmediatamente regresar a su patria y ponerse al servicio de esta para el conflicto que se avecinaba.

En el Archivo General de la Marina se encuentra su expediente que incluye su Hoja de Servicios, se recluta como Guardiamarina el 8 de Abril de 1879, Chile le había declarado la guerra al Perú solo tres días antes.

Siendo aún un jovencito y habiendo podido permanecer en suelo francés continuando su educación, se entregó en cuerpo y alma a la defensa de su patria. Sirvió en la Fragata Independencia y el Transporte Rímac en las campañas contra las fuerzas chilenas, en la batería rodante en el Callao resistiendo a los bombardeos chilenos y en la Batalla de Miraflores.

Cacerista empedernido acompañó a éste en su retiro a la sierra peruana y muchos años después lo apoyó en 1895 cuando el Gran Mariscal sería depuesto por Piérola y sus montoneros.

En sus continuos viajes a la zona de Huaral apoyando a Cáceres, fue que de paso por la pequeña ciudad de Barranca conoce a la que sería su esposa, María Etelvina Dávila, con quien casa en 1899.

El resto de su vida la vivió con sencillez en Lima, consejero discreto de grandes hombres de la historia peruana, prefirió mantener un perfil bajo, aún en la época del oncenio de Leguía quien era casado con la prima hermana de Don Carlos. El presidente, conocedor del valor y la capacidad de Mariátegui, lo llamó varias veces para que se desempeñase como hombre de estado, a lo que siempre con la debida educación declinó.

Esta podría ser una historia más de un peruano más de la época turbulenta de la Guerra del Pacífico. Es mi intención al escribirla, rendir tributo a todos aquellos héroes anónimos que supieron con sangre, sudor y lágrimas defender nuestro país de la vil agresión sufrida. Quise darle nombre a uno de nuestros héroes porque este héroe, Carlos Mariátegui y Mendiburu, es mi bisabuelo.

Mercedes Sardá
Lima


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Texto y fotografía tomados del blog mercedeslim.blogspot.com por Mercedes Sardá

Saludos
Jonatan Saona

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