30 de octubre de 2010

cárcel boliviana


Un Antiguo Vestigio Boliviano: Casa de Piedra, 1846

Este lugar, denominado "cárcel boliviana", fue en sus comienzos la Subprefectura (en Tocopilla) de Bolivia a cargo de Manuel María Abastos, último boliviano que ocupó este sitio luego de firmar su sometimiento el 22 de marzo de 1879, cuando el comandante chileno Juan Williams Rebolledo, le hizo frente en la Guerra del Pacífico entre Chile con Perú y Bolivia.
Fue en este lugar en donde se firmó la toma de Tocopilla, la cual fue pacífica, y el sometimiento fue en tranquilidad. Así lo han establecido los valiosos documentos rescatados en archivos militares.

El comunicado por parte de Rebolledo, fue el siguiente:
“República De Chile - Comandancia General de la Escuadra a Bordo del Blindado “Blanco Encalada” Tocopilla, Marzo 22 de 1879.
Señor: La declaratoria de guerra hecha por el Gobierno de Bolivia, con motivo de la reivindicación efectuada por mi Gobierno, del territorio hasta el grado 23, me obliga a ocupar militarmente a este puerto, y a todo el litoral boliviano hasta su frontera Norte. Siendo la ocupación transitoria y en la forma que dejo dicha, juzgo prudente que los funcionarios civiles, judiciales y del orden administrativo, continúen en sus puestos, a fin de que los intereses del Gobierno de Bolivia no sufran menoscabo alguno. El jefe encargado de la ocupación tiene recomendación especial, de parte del que suscribe, para hacer respetar los intereses, tanto de los ciudadanos bolivianos como extranjeros residentes en este puerto. Dios guarde a Ud. Williams Rebolledo al señor sub-Prefecto del distrito de Tocopilla”.

La respuesta dada por Manuel María Abastos, fue la que sigue: “Señor: He recibido su oficio fecha de hoy, en que me comunica Ud. que por orden de su Gobierno debe ocupar transitoriamente este puerto hasta su frontera Norte, pudiendo quedar en el ejercicio de sus funciones los empleados de los diferentes ramos de la administración pública”. Cábeme decir a Ud., en contestación, que no teniendo más fuerza armada que cuatro policiales de sable, no puedo poner resistencia alguna a la determinación consignada en la nota que contesto, apoyada en la fuerza de cuatro vapores, dos de ellos de poder. Y me limito, a este respecto, a protestar enérgicamente del ataque tan violento, arriando el pabellón de la república en el momento de entregar este oficio al comisionado por Ud. Por lo que toca a los funcionarios públicos del ramo civil, ellos han manifestado su coacción desde este momento, adhiriéndose a la protesta que dejo hecha. Dios guarde a Ud. Manuel María Abastos. 
Al señor Comandante de la Escuadra de Chile.


Tras los años fue ocupada como una cárcel, porque en su interior había dos celdas, las que fueron visitadas por delincuentes de baja condición, quienes le denominaron "piojera", porque salían llenos de piojos, como lo indica la historia oral de antaño en Tocopilla.

Sin embargo, Benjamín Vicuña Mackenna en su libro “Campaña de Tarapacá”, cita al diario El Ferrocarril del 28 de enero de 1879, en donde se señala la existencia de esta cárcel o mazmorra en que se encerraba en Tocopilla a los chilenos y que éstos conocían con el nombre de “el pulguero de Tocopilla”
“…uno de nuestros amigos del Blanco Encalada nos ha relatado algo sobre el pulguero boliviano de Tocopilla. Es éste una especie o verdaderamente una cueva en uno de los cerros, en que apenas cabe un hombre desahogadamente, cerrada por una puerta de hierro de media pulgada de espesor. Nuestros trabajadores en ese puerto lo conocen bien por desgracia, pues que se cuentan casos en que algunos de esos infelices han encontrado su tumba en esa asquerosa cueva.
El día que fondeó el Blanco Encalada en ese puerto, se abrieron las puertas del pulguero y por primera vez desde su existencia, se le vio recibir un rayo de sol pues que se mantuvo todo el día en ventilación. Sin duda el temor de una visita les obligó a tomar tal partido…”
Popularmente este bien patrimonial ha sido llamado la “Casa de Piedra” porque su construcción es totalmente de piedra canteada. En sus interiores, sus muros, especialmente los del patio poseen una forma trapezoidal, a la usanza de las cimentaciones incas, ya que con ese estilo se ejercía un fuerte cimiento antisísmico.

Con la instauración de la Compañía Minera, este inmueble quedó dentro de su suscripción. Pero con el pasar de los años, esta construcción fue donada por los gerentes de la Compañía Minera de Tocopilla a las autoridades municipales, para que hicieran uso de esta casona como atractivo turístico al igual de lo que sucede en Iquique y sus monumentos.

Como siempre, lamentablemente, las autoridades de esa época no supieron aprovechar este sector, por la que fue devuelta a la compañía, quienes la remodelaron por fuera y pese a ello hoy lucen llena de grafittis hechos por adolescentes.

Hoy, constituye  la construcción más antigua en la ciudad.


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Texto e imagen tomado del blog Tocopilla y su historia, de Damir M. Galaz-Mandakovic

Saludos
Jonatan Saona

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